Nueva educación pública: evidencia para los desafíos de futuro
210 Sexto, en cuantoal SLEP Llanquihue, incorporanestadísticas de deserción y abandono escolar por género. Además, declaran que su dotación docente es predominantemente femenina, para el año 2020 declaran que un 67,2% de sus docentes son mujeres y declaran su vinculación a la perspectiva de género a partir de los objetivos estratégicos. Cumpliendo con lo mandatado por la normativa, ante un tema que requiere ser abordado desde la Nueva Educación Pública, considerando que se ubican en la región que presenta el cuarto lugar a nivel nacional en índices de violencia intrafamiliar (VIF). Cabe destacar que todos los SLEP analizados en sus PEL adhieren al objetivo estratégico 01 de la dimensión pedag gica, el cual declara un compromiso mínimo con la disminución de las brechas de género. La evidencia revisada da cuenta de que el SLEP Valparaíso es uno de los que declara una mayor preocupación por la integración de la perspectiva de género, ya que manifiesta dentro de sus planes operativos el Plan de Sexualidad, Afectividad y Género. Y también destaca el SLEP Costa Araucanía, el cual manifiesta un claro interés por caracterizar a su población y funcionarios considerando su conformación en base a condiciones sexo-genéricas, lo que aparentemente estaría vinculado a la toma de decisiones. Continuar con el análisis de estos casos sería interesante para identificar cuáles han sido sus logros, obstáculos y desafíos de manera de identificar ‘buenas prácticas’, con el fin de continuar fortaleciendo una integración de la perspectiva de género desde esta política pública. Si bien, en la mayoría de los casos en que fue posible encontrar las palabras claves ‘género’, ‘femenino’, ‘mujeres’ y ‘niñas’ desde lo declarativo y no asociado a acciones concretas, es necesario destacar que cualquier acción que implique un avance en la integración de la perspectiva de género contribuye a desmoronar el orden sexual hegemónico que perpetúa prejuicios, desigualdades y en su versión más radical se expresa en violencias dirigidas hacia niñas, niños, mujeres y cuerpos feminizados. Mientras dicho orden sexual hegemónico siga reproduciéndose desde el sistema escolar seguirá afectando la vida, desarrollo, oportunidades educativas y en futuro laborales de muchas mujeres y cuerpos feminizados, por lo que es urgente que desde la Nueva Educación Pública se asuma una responsabilidad por la integración de la perspectiva de género, pero que más allá de sus objetivos estratégicos se operacionalice en tareas y acciones concretas pertinentes para cada territorio. La construcci n cultural del género no es inamovible, y sus transformaciones implican horizontes de transformación que permitan mejorar las vidas de toda la ciudadanía y especialmente de quienes hoy acceden a esta Nueva Educaci n Pública.
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