Nueva educación pública: evidencia para los desafíos de futuro
204 Por lo anterior, la relación entre género y gestión educativa toma relevancia dado que la gestión organiza los procesos educativos, y con ello el orden y las categorías en las que se organiza la cotidianidad al interior de las escuelas. Por ello, se espera que líderes/as escolares y equipo de gestión tomen las medidas administrativas y educativas apropiadas para proteger y garantizar los derechos de las personas. Junto con esto, la transversalización de la perspectiva de género demanda la articulación de los instrumentos de gestión que organizan el quehacer escolar (Mineduc, 2023). La implementación de una gestión con una perspectiva de género implica también considerar un liderazgo que tenga foco en las inclusión sexo/género y que pueda promover la equidad e igualdad y por sobre todo la búsqueda de la justicia social al interior de las comunidades educativas. Siguiendo los planteamientos de Blackmore (2013) y de la búsqueda de un liderazgo que permitan gestionar desde una perspectiva de género, nos plantea una alternativa feminista del liderazgo, comprendido como: un liderazgo antirracista, colectivo, que nombra su posición política y epistemológica. Este tipo de liderazgo se define desde práctica social colectiva, ergo requiere de desarrollar una gestión participativa e inclusiva. La gestión escolar desde la perspectiva de género amplia la posibilidad de que todos las/los integrantes de una comunidad educativa adquieran una mirada crítica de la cultura en que se desenvuelven y de las normas de género presentes en la organizaci n del proceso educativo (Mineduc, 2017). En este contexto, se espera que el conocimiento sea dispersado (compartido) en todos los participantes de la comunidad para que mejore la colegialidad y la comunicaci n entre los y las integrantes (Blackmore, 2013). Para concretar los propósitos de una gestión educativa con perspectiva de género, se requiere en primer lugar, que los instrumentos de gestión declaren la perspectiva de género en sus objetivos, acciones, etc. En segundo lugar es necesaria una articulación de dichos instrumentos, por ejemplo: Proyecto Educativo institucional y el Plan de Mejoramiento Educativo, cuando están articulados logran coherencia entre la misión, la visión, los objetivos estratégicos y las estrategias anuales que se desprenden. Es allí donde debe estar inserta la mirada de género en pos de la superaci n de las desigualdades detectadas (Mineduc, 2017). En un tercer nivel, los planteamientos de los instrumentos de gestión, deberán ser implementados correctamente en la cotidianidad del trabajo escolar. De esta manera se logra una transversalizaci n de la perspectiva de género. Esta transversalización de la perspectiva de género en la gestión educativa es materia a desarrollar en cualquiera de los niveles de la gestión, ya sea a nivel de establecimientos educativos como a nivel de gestión local, como son actualmente los Servicios Locales de Educaci n Pública. Por lo tanto, es de menester repensar el lugar que ha tenido la perspectiva de género en el diseño de la política educativa, sobre todo en gestión escolar, y desde ahí considerar que la transversalización del género requiere de definiciones y orientaciones concretas sobre cómo instalar la perspectiva de género en contextos educativos, para que, con ello, la gestión escolar en los establecimientos educativos se pueda materializar de manera consistente y sostenida. Por todo lo anterior, el siguiente apartado se realiza una revisión en la normativa como a documentos orientativos de la NEP y los instrumentos de gestión de SLEP para identificar pistas que permitan identificar la presencia de la perspectiva de género a partir de palabras claves que no sólo hagan visible a lo masculino.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=