Nueva educación pública: evidencia para los desafíos de futuro
192 El despliegue territorial de la Nueva Educaci n Pública no solo ha implicado un cambio institucional profundo, sino también ha traído consigo importantes desafíos en materia de recursos humanos. La instalación de los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP) ha requerido conformar equipos técnicos con competencias especializadas en acompañamiento pedagógico, gestión administrativa y liderazgo territorial. Sin embargo, la evidencia muestra que esta transición se ha visto tensionada por diversos factores que afectan la disponibilidad, estabilidad y desarrollo profesional del personal. Uno de los problemas más reiterados en los estudios es la insuficiencia de personal capacitado para responder a las exigencias del nuevo sistema. Los informes del Consejo de Evaluaci n del Sistema de Educaci n Pública (2023) constatan que, particularmente en SLEP con alta ruralidad, el número de funcionarios resulta claramente insuficiente para abordar lasmúltiples tareas que se requieren. LasUATP han evidenciado esta situación, reportándose que muchas de ellas no logran realizar todas las visitas planificadas debido a la sobrecarga de funciones y a la necesidad de priorizar establecimientos con mayores requerimientos. La falta de perfiles idóneos en los concursos públicos, la escasa disponibilidad de profesionales dispuestos a trasladarse a zonas aisladas y la ausencia de una estrategia nacional para atraer y retener talentos han dificultado la consolidación de los equipos (Eyzaguirre, Izquierdo y San Martín, 2021; Arzola, 2023). A ello se suma la alta rotación de funcionarios en los primeros años de instalación, cuestión que no solo afectó la continuidad de los equipos, sino que también implica una pérdida de aprendizajes acumulados y una constante necesidad de reconfiguración organizacional (Donoso-Díaz, 2021; Garretón et al., 2022). En este contexto, las condiciones laborales han sido descritas como un factor crítico. La reducción de personal respecto a los antiguos DAEM y el aumento en el número de establecimientos a atender ha generado altos niveles de sobrecarga y desgaste. Como advierte Garretón et al. (2022), esta precariedad ha tenido efectos directos en el bienestar de los equipos, quienes deben enfrentar altos nivelesdepresión, faltadeclaridadensus funcionesyescaso apoyo institucional. Este cuadro ha sido caracterizado como un “estado de excepci n” permanente, marcado por la urgencia y la resolución improvisada de conflictos. Consolidación de equipos Como se ha señalado, la consolidación de los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP) ha estado acompañada de una serie de desafíos estructurales, entre los cuales la dimensión de los recursos humanos se ha constituido como una de las más críticas. Particularmente, la escasez de personal preparado y las limitaciones en los procesos de formación y desarrollo profesional han tensionado la capacidad de los SLEP para cumplir con su mandato institucional, afectando de forma directa el vínculo con los establecimientos educacionales, especialmente a través del trabajo de las Unidades de Apoyo Técnico-Pedagógico (UATP). En el caso de las UATP, esta carencia de personal calificado ha generado múltiples dificultades. Por una parte, limita la posibilidadde implementarunmodelodeacompañamiento pedagógico coherente con los principios de la reforma. Por otra, debilita el rol formativo que estas unidades debieran ejercer en los territorios. La falta de experiencia en trabajo intersectorial, liderazgo pedag gico y conocimiento del sistema escolar ha restringido la calidad de los apoyos que pueden ofrecerse a los establecimientos, afectando la legitimidad de las intervenciones y generando una percepción de discontinuidad y fragilidad en los vínculos entre el sostenedor y las escuelas (Goldring et al., 2020; Godoy, 2022; Donoso-Díaz, 2021). El desarrollo de capacidades profesionales en los SLEP no debe ser considerado un aspecto complementario o secundario. La falta de personal preparado no solo afecta el funcionamiento interno de los servicios, sino que compromete su capacidad de establecer vínculos s lidos, pertinentes y transformadores con los establecimientos educativos, debilitando su rol de agente de cambio y potenciador de las trayectorias educativas (Quinn et al. 2015). En este marco, las UATP se ven particularmente afectadas, pues su legitimidad y eficacia dependen, en buena medida, del conocimiento técnico, la experiencia territorial y la formación continua de sus equipos. Superar estas limitaciones es un paso necesario para fortalecer el rol del Estado como garante de una educaci n pública de calidad, con equidad y sentido pedagógico en cada territorio. Desarrollo profesional y capacidad estratégica como agente de cambio
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