Nueva educación pública: evidencia para los desafíos de futuro
Capítulo 9: ¿ ¿Qué capacidades necesitamos desarrollar como equipo de apoyo técnico pedagógico?: Análisis desde la percepción de los profesionales de las UATP en los SLEP. 191 Para comprender plenamente el papel del nivel intermedio y su influencia en la mejora escolar, son esenciales dos informaciones, la primera sobre su funcionamiento y la segunda sobre su impacto en el aprendizaje. Lamentablemente, esos datos son escasos o inadecuados, lo que también conduce a una falta de pruebas sobre los desafíos a los que se enfrenta el nivel intermedio y las estrategias para optimizar su papel en los sistemas educativos (Tournier et al., 2025. p.28). Lo que sí parece muy claro es que el sistema educativo requiere ordenar sus esfuerzos en función del apoyo, particularmente desde el nivel intermedio, dado que incluso un planteamiento de mejora que potencialmente puede ser efectivo puede no resultar, si el nivel intermedio no asegura la coherencia de todos los recursos y procesos del sistema y para ello que se requiere que los equipos profesionales, estén o no asociado a lo técnico pedagógico, estén debidamente formados y cualificados para trabajar desde una perspectiva sistémica. De ahí entonces que, para asegurar el buen desempeño en el apoyo técnico pedag gico, sea necesario asegurar otras dimensiones propias de la organizaci n del nivel. En este marco, los resultados del estudio ofrecen evidencias relevantes sobre las capacidades, tensiones y potencialidades de las Unidades de Apoyo Técnico- Pedagógico (UATP) dentro de los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP). En términos generales, las UATP se consolidan como el núcleo técnico-pedag gico de la Nueva Educación Pública, con un quehacer centrado en la asesoría a establecimientos y en la articulación con equipos directivos. Sin embargo, se observan brechas que limitan su alcance, especialmente en el acompañamiento directo a los docentes, ámbito donde persisten mayores dificultades para traducir la colaboración institucional en mejora instruccional. Este contraste evidencia una estructura de apoyo más consolidada en los vínculos con directores escolares que en la incidencia sobre la práctica docente. Asimismo, los equipos muestran un desarrollo notable de competencias relacionales —como la generación de confianza, la colaboración y la empatía—, lo que constituye un capital relacional fundamental para sostener procesos de mejora. No obstante, persisten desafíos en áreas vinculadas a la gestión de la complejidad educativa, la toma de decisiones colegiadas con evidencia y el liderazgo distribuido. Las UATP han construido relaciones de cooperación efectivas, pero requieren avanzar hacia formas más estructuradas de liderazgo pedagógico y gestión adaptativa, capaces de generar aprendizajes institucionales sostenibles en los territorios. Las diferencias entre cohortes de instalación confirman que el tiempo y la trayectoria de los equipos influyen en su nivel de consolidación, aunque no de manera lineal. Los SLEP con mayor madurez institucional tienden a mostrar percepciones más favorables de su desempeño, aunque alta rotación, mientras que aquellos en etapas iniciales aún enfrentan procesos de ajuste y sobrecarga laboral. Sin embargo, la antigüedad no garantiza estabilidad ni consolidación: incluso en servicios más antiguos persisten tensiones de equidad y claridad de roles, lo que sugiere que la evolución de los SLEP requiere ser comprendida más como un proceso de maduraci n organizacional por fases que como una secuencia acumulativa. En base a lo anterior, considerando los resultados del estudio es necesarios atender a algunos aspectos: Discusión y recomendaciones a la política pública
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