Nueva educación pública: evidencia para los desafíos de futuro

184 Al observar las diferencias por cohortes, se presentan algunas diferencias: la entrega de apoyo psicosocial, por ejemplo, alcanza entre un 36% y un 23% en las cohortes 1, 3 y 4, pero dicho porcentaje es mucho más bajo para la cohorte 2 (7%), lo que sugiere que esta tarea no alcanza la misma centralidad en todos los territorios. Del mismo modo, el apoyo técnico-pedagógico se mantiene muy alto en todas las cohortes (entre 69% y 95%), aunque con una caída en la más reciente, lo que podría vincularse con los procesos de instalaci n todavía en curso. Por su parte, el fortalecimiento del liderazgo directivo alcanza niveles más altos en las cohortes 1, 2 y 3 (50%, 55% y 56%), mientras que en la cohorte 4 se reduce a 34%. En conjunto, estas variaciones sugieren que, si bien existen funciones transversales quemarcan el núcleo del trabajo de las UATP —especialmente la asesoría técnico-pedagógica y la articulación con los equipos directivos—, cada cohorte presenta énfasis particulares. Mientras las cohortes más antiguas presentan respuestas centradas en su rol de apoyo técnico- pedagógico y psicosocial, las cohortes intermedias lo hacen desde un rol centrado en la generación de redes y liderazgo directivo, y las más recientes muestran todavía una diversificación más heterogénea, reflejando una madurez temporal en el cumplimiento de sus funciones principales. Autoevaluación del trabajo - competencias percibidas Los profesionales de las UATP fueron consultados sobre su evaluaci n del desempeño de su propio Servicio en la relación con los centros educativos. En términos generales, sus valoraciones resultan mayoritariamente positivas: un 38,0% de las respuestas se ubica en la categoría "positiva" y un 38,6% en "muy positiva", mientras que las evaluaciones neutrales (17,8%) y negativas (5,2% en total) son significativamente menos frecuentes.

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