Nueva educación pública: evidencia para los desafíos de futuro
Capítulo 8: La función educativa de un servicio público: el apoyo técnico en la Nueva Educación Pública de Chile 165 estas agencias. En este contexto, se presentan resultados provenientes de informes, reportes de evaluación y estudios empíricos que exploran y permiten comprender los aprendizajes iniciales, las tensiones emergentes y las proyecciones de esta función en el nivel local. A nivel general, la evidencia muestra tanto una valoración positiva por parte de los actores escolares respecto de la orientaci n técnico-pedag gica brindada por los SLEP, como también importantes tensiones que afectan el desarrollo de esta función educativa, la cual suele verse desplazada por demandas administrativas, financieras y burocráticas (Universidad de Chile, 2024; Leiva-Guerrero y Benavides-Meneses, 2024; Uribe et al., 2025). Uno de los argumentos recurrentes para explicar esta dificultad radica en que los asuntos jurídicos, financieros, de infraestructura y de gestión de personas —considerados procesos de soporte desde la lógica administrativa— son evaluados como más urgentes de resolver. Esto ha derivado, especialmente en contextos de escasez de tiempo en la preparación previa al traspaso de establecimientos, en una priorización de los equipos encargados de dichas funciones. En consecuencia, se ha documentado que la Unidad de Apoyo Técnico ha mostrado un desarrollo particularmente lento, siendo en algunos SLEP una de las últimas en contar con jefaturas y equipos profesionales completos (Universidad de Chile, 2024). Este fenómeno resulta comprensible si se considera que los SLEP, como organismos públicos completamente nuevos, deben hacerse cargo y resolver múltiples desafíos administrativos, financieros y burocráticos, en un contexto de alta visibilidad y expectación política. En este marco, los profesionales que se incorporan a los SLEP se enfrentan a un entramado institucional complejo, en el que convergen procedimientos propios de los antiguos sostenedores municipales, normativas centralizadas de carácter más rígido, y demandas diversas provenientes de las comunidades educativas y representantes locales. Ahondando en los significados y prácticas del apoyo técnico en SLEP en funcionamiento, estudios de casos de tipo cualitativo dan cuenta que tanto los asesores técnicos como los líderes directivos de los establecimientos construyen los significados y prácticas del apoyo en el que participan a partir de diferentes fuentes: las interacciones recientes, sus experiencias previas con otras instituciones del sistema educativo, el contexto anterior de administración municipal y los desafíos educativos específicos que enfrentan (Rodriguez y Weinstein, 2024; Rodriguez et al, en prensa). Por una parte, estos estudios dan cuenta que se presentan diferentes estrategias de acompañamiento local en los SLEPestudiados. Elaborar la estrategiade acompañamiento implica, según los propios asesores, “tejer” y articular expectativas institucionales y de las escuelas: el cumplimiento de procedimientos administrativos, la planificación de apoyos específicos según el diagnóstico de necesidades elaborado junto a los líderes directivos, y la articulación con los objetivos y líneas de acción tanto del plan local, plan estratégico como del convenio de gestión educativa del SLEP. A estos se suman variables contextuales relevantes, como la cantidad y dispersión geográfica de los establecimientos en el territorio, así como la matrícula y las trayectorias educativas de los liceos. En función de estas variables, los SLEP en su planificación distinguen distintos tipos de intervención: “asesoría”, “acompañamiento” y “línea estratégica local”, que permiten organizar prioridades, metas y recursos disponibles. Junto con lo anterior, los resultados de estos estudios dan cuenta que el apoyo se entiende como un proceso de carácter integral que se despliega en diversas áreas y temáticas. En otras palabras, no se limita a la asistencia en materias pedag gicas. Las instancias mandatadas de apoyo técnico consideran también revisar el cumplimiento en tareas de gestión organizacional y curricular, tales como la elaboraci n del PME, la organizaci n de la planta docente o la revisión de propuestas curriculares para pasantías laborales. Además, el apoyo técnico incorpora una dimensión relacional y emocional: contener y escuchar a los equipos, decodificar necesidades emergentes, mantener una disposición colaborativa y participar en la resolución de problemas cotidianos en los establecimientos. En esta línea, se otorga un significado de apoyo cuando se expresa a través de una relación de cercanía y continuidad. Los líderes escolares valoran especialmente la accesibilidad y comunicaci n directa con los asesores técnicos, destacando la disponibilidad para responder oportunamente ante dudas o requerimientos. Las experienciaspositivas—documentadastantoenentrevistas como en registros de observación y shadowing— reflejan vínculos caracterizados por presencia constante, atenci n sostenida y un ánimo constructivo. Cabe destacar que esta percepción no solo se presenta en profesionales SLEP, también se reportan relaciones similares de apoyo con otros actores del sistema, como los Departamentos Provinciales de Educaci n
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