Nueva educación pública: evidencia para los desafíos de futuro
164 Estudios recientes en este campo evidencian las tensiones que enfrentan las agencias y profesionales del nivel intermedio. Una revisi n de 64 publicaciones realizadas entre 2004 y 2021 en países de renta media y baja, llevada a cabo por Asim et al. (2023), identificó que las funciones asignadas a este nivel se concentran principalmente en la supervisi n, el control y la recolecci n de datos, con un fuerte énfasis en la rendición de cuentas. En esta misma línea, un estudio empírico en Ghana concluyó que, si bien el financiamiento adicional es necesario para abordar la desalineación entre las prácticas del nivel intermedio y los objetivos de aprendizaje de las políticas, este factor por sí solo no es suficiente para superar los desafíos de implementaci n. En consecuencia, se recomienda fortalecer la colaboración y la resolución conjunta de problemas —lo que se ha denominado la vía B— como una estrategia clave para mejorar la efectividad del nivel intermedio en la prestación de servicios educativos (Asim et al., 2024). Complementariamente, un estudio longitudinal realizado por Bell (2025) muestra que el personal de las agencias locales opera en un entorno institucional marcado por la coexistencia de lógicas administrativas, políticas, cívicas y profesionales. El estudio documenta una evolución gradual hacia una lógica profesional del nivel intermedio, aunque advierte que esta transformación se encuentra limitada por restricciones presupuestarias persistentes y por la continuidad de rutinas jerárquicas y burocráticas que restringen la autonomía técnica y la innovación organizacional. Respecto a la línea de estudios sobre liderazgo y mejora educativa a nivel local, la literatura acumulada a partir de estudios de caso identifica una serie de condiciones comunes en los distritos o agencias locales con resultados positivos. Entre estas se destacan: una inversión sostenida en un foco técnico-educativo, tanto en las escuelas como en la propia agencia local; un enfoque sistémico de desarrollo profesional, integrado y situado en el contexto del trabajo; una clara alineación entre la estructura organizacional interna y los procesos de apoyo financiero, administrativo y de gestión de personas; y la construcción de relaciones de confianza y comunicación estratégica con actores internos y externos, incluyendo equipos escolares, comunidades educativas, autoridades políticas y el ámbito académico (Leithwood, 2010; Leithwood y Azah, 2017; Goldring et al., 2018; Bell, 2025). En esta línea, la literatura sugiere que, para promover el trabajo de mejora, es fundamental establecer un proceso relacional de colaboración auténtica (Aravena et al., 2021; Zoro et al., 2022) o un nivel de confianza relacional que facilite la colaboración (Azis dos Santos, 2020), entendiéndolo como mediador del aprendizaje profesional situado. Asimismo, esto implica que el diseño organizacional del nivel intermedio se centre en fortalecer la calidad del liderazgo pedagógico y el trabajo de los líderes escolares, con decisiones alineadas con este prop sito. La evidencia empírica ha identificado aspectos críticos en este sentido, como la asignación de recursos materiales y de transporte para realizar el apoyo en terreno, el incremento del tiempo ocupado y/o resguardo del tiempo reservado para el trabajo con las escuelas, un cambio de mentalidad hacia una visión más optimista sobre el potencial de los estudiantes y la responsabilidad en el trabajo escolar, y la articulación con otras unidades del nivel intermedio (Honig, 2012; Rodriguez, 2023; Tournier et al., 2023; Muswere, 2024). En síntesis, la literatura especializada evidencia la coexistencia demúltiples lógicas y funciones en las agencias locales de educaci n, las cuales operan en la intersecci n de exigencias administrativas, técnico-pedagógicas y comunitarias para incidir en los procesos de enseñanza y aprendizaje. En esta línea, resultan particularmente pertinentes las conclusiones de Rogers et al. (2018) respecto del rol de los supervisores y profesionales de apoyo del nivel intermedio. En concreto, se observa un cambio progresivo en las funciones y prácticas de quienes trabajan en interacción directa y continua con equipos directivos y docentes, enfrentando el desafío de organizar el tiempo ante la creciente diversidad de tareas asignadas. Asimismo, se advierte que es poco probable que los sistemas locales logren mejoras sostenidas únicamente a través de ajustes en el rol del asesor técnico-pedagógico, sin considerar simultáneamente las funciones del resto de los integrantes de la agencia local de educaci n. Evidencias tempranas del apoyo técnico de SLEP Considerando que la implementación de los SLEP lleva apenas siete años en desarrollo, y reconociendo la profundidad y complejidadde la transformación estructural que implica —y que continuará en los próximos años con la incorporación progresiva de nuevos territorios—, resulta especialmente relevante disponer de evidencias tempranas sobre la función técnico-educativa que ejercen
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