Nueva educación pública: evidencia para los desafíos de futuro

Capítulo 7: Los Comités Directivos Locales de los Servicios Locales Educación Pública (SLEP): diagnóstico de los participantes 151 En primer lugar, se hará una breve recapitulación de los hallazgos presentados. Un primer aspecto a rescatar es que se identifica una valoración positiva general de los Comités Directivos por parte de los entrevistados, siendo la dimensión de representación la mejor valorada y la transparencia la que tiene los puntajes más bajos. Encuantoa la institucionalización, sepercibeuna valoración alta, pero con áreas de mejora, en funcionamiento y transparencia. Si bien se evalúa la existencia un reglamento claro, y la mayoría de los entrevistados conoce su existencia y afirma que se aplica -ya sea parcial o totalmente-, solo el 49% considera que los criterios para el proceso de remoci n de sus integrantes son claros. Por su parte, en relación al funcionamiento de los Comités, se observa menos consistencia entre las respuestas, porque la mitad de los entrevistados afirmó desconocer o indicó que no existía una calendarización de sesiones, y solo el 61% confirmó que se realiza algún tipo de seguimiento de los acuerdos. La transparencia emerge como el área más débil, con los resultados más bajos en la evaluación de los encuestados. Solo el 53% afirma que el reglamento está disponible públicamente, un escaso 18% declara que el currículum de los integrantes es público, y solo el 37% indica que se publican los acuerdos del Comité. Respecto a la dimensión representatividad, la valoración también es alta, aunque se evidencia que existen pocas vías de comunicaci n entre representantes y representados. La mayoría de los entrevistados opina que los tres estamentos están bien representados, si bien un 40% cree que se necesita mayor representatividad, particularmente de docentes. Aunque el 59% considera claros los criterios de selecci n, existemenos claridad sobre el rol de las autoridades en la selecci n de las autoridades regionales. Las vías de comunicaci n entre representantes y representados son limitados. Solo la mitad de los entrevistados afirmó comunicarse regularmente con sus representados, y apenas el 23% presenta informes escritos después de cada reuni n. Finalmente, en la dimensi n de deliberaci n también se valoran algunos aspectos positivos, a pesar de una relativa percepciónbajacapacitaciónydedebilidadesenlarendición de cuentas. Más del 80% de los entrevistados considera que el Comité cumple la mayoría de sus funciones. Cerca del 50% opina que este órgano es propositivo-resolutivo, mientras que casi un 30% lo considera informativo. Dos de cada tres entrevistados coinciden en que las funciones más importantes son proponer iniciativas de mejora de gestión y formular recomendaciones al Plan Estratégico Local. Luego de este breve resumen de los resultados, se plantearán algunas reflexiones que resultan de interés respecto de los Comités Directivos Locales, las que estarán especialmente relacionadas con la relaci n de rendici n de cuentas que se produce entre estos órganos y los SLEP. Un primer aspecto se centra en la aparente paradoja que encontramos respecto a las funciones e impactos de transparencia y rendici n de cuentas de estos rganos colegiados.Talcomoserevis enlasecci nderesultados,por una parte, las calificaciones más bajas están en contenidos y formas de funcionamiento de aspectos relacionados con la rendici n de cuentas (Figuras 1 y 12), pero, por otra, los entrevistados coinciden que los principales impactos de estos Comités están en este ámbito (figura 13). ¿Cómo explicar esta aparente paradoja? Creemos que una posible explicaci n se encuentra en las connotaciones y contenidos que el término “rendición de cuentas” tiene en el contexto educativo (De la Vega 2016). Como Hevia y Vergara-Lope (2019) argumentan, existe una diferencia importante entre los conceptos de “accountability educativo” y de “accountability social en educación”: el primero ha tenido desde el debate público a relacionarse más directamente con relaciones de control entre las autoridades educativas hacia las comunidades educativas (“las escuelas son responsables de los resultados de logro educativo de los estudiantes”), asociadas a altas consecuencias, mientras que el accountability social en educación apunta a las relaciones de monitoreo y vigilancia legítima entre ciudadanos y autoridades, aplicadas a las políticas educativas (“las autoridades educativas son responsables por la calidad del sistema educativo en su conjunto”). Bajo esta importante distinción, podríamos pensar que las calificaciones más bien bajas sobre el funcionamiento de la transparencia y la relaci n con sus representantes fomenta una visión de “accountability social en educación”, donde los representantes de estos comités reconocen poca comunicación con sus representados; mientras que el alto impacto en rendición de cuentas (figura 13) se enfoca más a la visión de “accountability educativo” donde estos comités pueden, en efecto, controlar mejor el funcionamiento de los Sistemas Locales. Sin embargo, es Discusión y conclusiones

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