Relación pedagógica y género en el acompañamiento y la dirección de tesis. Experiencias de doctorandas de la Universidad de Chile

Relación pedagógica y género en el acompañamiento y la dirección de tesis: Experiencias de doctorandas de la Universidad de Chile 36 Los relatos no necesariamente implican formas de maltrato hacia las estudiantes, pero dan cuenta de un relacionamiento más espontáneo y distendido de los profesores con los estudiantes hombres que con las mujeres. Son experiencias que dan cuenta de las dinámicas sociales que predominan en ambientes masculinizados y que suponen un desafío para la incorporación de mujeres. Los relatos expresan una tendencia de los/as profesores/as a trabajar y formar vínculos profesionales con estudiantes del mismo sex o (Ortega et al., 2024). Con ello, se contribuye a la reproducción de sesgos implícitos de género en las actividades universitarias, mediante la exclusión de oportunidades académicas hacia mujeres: En este caso podría decir a ciencia cierta que son hombres los que más se involucran en esta parte de [postular a proyectos] (...). De hecho, puede ser que respecto a las capacidades que tenga cada estudiante, él les propone también la tesis y obviamente el estudiante escoge, pero, sí, él invita a ciertos estudiantes hombres que tiene a trabajar en estos temas que, entiendo, sirven para participar en proyectos. (E18) Aunque la mayor parte de las estudiantes relata experiencias positivas con sus guías, algunas observan un mayor estímulo e interés de sus docentes hacia investigaciones de estudiantes varones. La explicación que presentan está atravesada por la duda en torno a una interpretación de género, pues ponderan la posibilidad de que ese interés sea por coincidencia de afinidades y no un sesgo de género. Aun así, se señala una falta de conciencia de los profesores respecto a las dinámicas y los problemas de género que se viven en la academia: De los pocos estudiantes que he visto, los que tienen paper son con los hombres. Con las mujeres ninguno. (...) No sé si será intencional. (...) Pero, sí, veo que hay poco... como que tienen poca conciencia de cuál es el problema de género en la academia, como que no están muy enchufados con eso. (...) Por ejemplo, el tema del síndrome del impostor, no sé si nunca se le pasó por la cabeza que yo podría estar teniendo eso en algún momento. (E19) Condiciones como las señaladas generan una sensación de “no pertenecer” al espacio académico, lo cual lleva a las estudiantes de doctorado a implementar estrategias para lograr adaptarse, destacarse e insertarse en la academia. Según lo planteado po r Joshi et al., (2024), la subrepresentación puede llevar a navegar el proceso doctoral sintiéndose las “únicas”, lo cual se vincula con experiencias de aislamiento, inseguridad, síndrome de la impostora y un considerable malestar emocional y mental. El tener modelos similares a uno/a (por ejemplo, en términos de género) se vincula con el sentido de pertenencia y con un positivo clima institucional (Bryson et al., 2024; Debray et al., 2024; Fisher et al., 2020; Garrett, 2025). Esto, a su vez, se relaciona con el bienestar estudiantil y el compromiso académico (Fisher et al., 2020; Meeuwisse et al., 2010; van Rooij et al., 2021). Por ello, la baja presencia de mujeres en la planta académica dificulta la inserción de estudiantes mujeres. Se ha documentado que tener una profesora guía incide positivamente en la trayectoria de las doctorandas, favoreciendo su productividad académica y su acceso a la docencia universitaria, en comparación con quienes son guiadas por varones (Gaule & Piacentini, 2018; Ma et al., 2024). No obstante, y como se ha señalado anteriormente, algunos relatos identifican una sobreexigencia por parte de profesoras hacia las doctorandas, posiblemente como preparación ante un campo más desafiante para las mujeres.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=