Decantaciones. Política y democracia cultural: un diálogo global
Reflexionando sobre el trabajo cultural en la era de la inteligencia artificial 67 la creatividad humana y el trabajo cultural, tal como hizo la teoría de la enfermedad de los costos. Trabajo creativo A fines de la década de 1990 y durante los 2000, surgieron nuevos tipos de políticas culturales para promover las indus- trias creativas. Como una inversión radical de la teoría de la enfermedad de los costos, la idea de las industrias creativas glorificó la creatividad y, por lo tanto, el trabajo cultural, considerado el factor clave de la producción creativa. Por ello, no es sorprendente que la creatividad, las habilidades y el talento de los trabajadores culturales, creativos y de medios ocuparan el centro de las preocupaciones de la política de las industrias creativas. Los formuladores de políticas comenzaron a conce- birlos ampliamente como capital humano, que se afirmaba era “por mucho, la forma más importante de capital en las economías modernas” (Becker, 2002: 3). Si el capital físico, a menudo concentrado en pocas manos, era el motor prin- cipal de la sociedad industrial, se creía que el crecimiento de la sociedad postindustrial dependía del capital humano y de su amplia propagación (Galor & Moav, 2004). La perspec- tiva del capital humano reconoce acertadamente los aspectos tácitos de la creatividad —la creatividad está incorporada en los trabajadores culturales y es difícil de codificar o trans- ferir— y la complejidad del proceso creativo, que, a menudo, se compara con una caja negra. Esto explica por qué la polí- tica del gobierno británico sobre las industrias creativas se centró en fomentar a los trabajadores culturales actuales y futuros que encarnan la creatividad a través de la inversión en educación creativa, formación y clústeres (Banks & Hesmon- dhalgh, 2013; Jayne, 2005).
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