Decantaciones. Política y democracia cultural: un diálogo global

Hacia una democracia cultural situada. Desafíos de las políticas culturales desde América Latina 59 “auténticamente democrática” debe asegurar que las identi- dades históricamente excluidas cuenten con las condiciones necesarias para representarse a sí mismas y participar en la vida pública, haciendo visibles los entramados culturales y las relaciones de poder que han restringido su agencia. Así enten- dida, la tarea de desculturizar —o transversalizar— la cultura implica asumirla como instrumento para la transformación social. Esta faceta de una cultura descentrada, que renuncia a la autonomía disciplinaria de las artes para vincularse con otras esferas de lo social, se enlaza con la noción de una demo- cracia cultural latinoamericana entendida como resguardo de la diferencia. Sin embargo, las potencialidades de esta línea de trabajo exceden con creces los límites de lo abordado en este volumen, y podrían, sin duda, constituir el núcleo de una investigación futura. Reflexiones finales Si el paradigma de la democracia cultural ha logrado consolidarse en el marco de los procesos que aquí he intentado delinear, es razonable pensar que su porvenir también estará condicionado por la persistencia —o el debilitamiento— de esas mismas dinámicas. En este contexto, asumir su defensa se vuelve una tarea urgente. Defender la riqueza semántica de la noción de cultura frente a los esfuerzos por reducirla a definiciones homogéneas; impugnar los marcos autorita- rios que siguen reproduciendo jerarquías estéticas como si fueran neutras o universalmente válidas; y sostener una visión descentralizada del campo cultural, en la que las voces histó- ricamente excluidas puedan disputar los espacios de visibi- lidad, enunciación y poder. Este texto ha buscado justamente contribuir a esa tarea, proponiendo un recorrido que invita a repensar colectivamente los desplazamientos que hacen

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