Decantaciones. Política y democracia cultural: un diálogo global

Hacia una democracia cultural situada. Desafíos de las políticas culturales desde América Latina 49 reconocimiento de las capacidades culturales significativas de todos los sujetos—, lo cierto es que este giro discursivo tuvo que articularse sobre una estructura institucional preexis- tente que limitaba su potencial transformador. Como observa Steven Hadley (2018) al analizar el informe final del estudio encargado por el Instituto Cultural del King’s College de Londres en 2017, la formulación de la democracia cultural no implicó una ruptura con los compromisos históricos de la política cultural británica, especialmente en lo relativo al financiamiento de las artes. De hecho, su implementación se apoyó en gran medida en una infraestructura diseñada desde las premisas de la democratización. Esta tensión —entre la radicalidad que el concepto propone y los marcos institucio- nales que lo contienen— conduce, según Hadley (2018), a una suerte de despolitización del término y a una omisión de su genealogía crítica. La noción de democracia cultural, concebida como prin- cipio orientador de las políticas públicas, posee un potencial profundamente transformador. Sin embargo, su incorpora- ción en el contexto británico del siglo XXI ha tendido a orga- nizar sus múltiples implicancias en torno a un eje central y dominante. Para comprender cabalmente su alcance actual —sostienen Hadley y Belfiore— sería necesario articularla con “una política de reconocimiento atenta a las dinámicas de clase”, dado que las jerarquías de valor que estructuran el campo cultural están inevitablemente atravesadas por rela- ciones de poder y legitimación (2018: 222). Democracia cultural desde América Latina En el contexto latinoamericano, el desarrollo de las polí- ticas culturales presenta particularidades que dificultan su lectura bajo marcos externos. En los países anglosajones, la

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