Decantaciones. Política y democracia cultural: un diálogo global

Eleonora Belfiore y Steven Hadley 32 cuestionando las suposiciones fundamentales sobre el papel y el propósito de la política cultural. El enfoque de las capa- cidades enfatiza la elección individual, lo cual, si bien es valioso, puede ser insuficiente para abordar las dimensiones colectivas de la autoridad que la democracia cultural original- mente buscaba transformar. Neoliberalismo y gobernanza cultural La neoliberalización de la política cultural desde la década de 1980 ha moldeado profundamente las posibili- dades contemporáneas para la democracia cultural. El auge de lo que Hadley & Gray (2017) denominan hiper-instrumenta- lismo refleja tendencias más amplias hacia el gerencialismo y la econometría en las políticas públicas. Las actividades cultu- rales son cada vez más valoradas por sus beneficios instrumen- tales —desarrollo económico, cohesión social, resultados en salud y bienestar— en lugar de por su valor intrínseco o su potencial democrático. La instrumentalización crea desafíos particulares para quienes abogan por la democracia cultural. Si bien los argu- mentos instrumentales pueden proporcionar una justificación pragmática para la inversión cultural, también corren el riesgo de subordinar la actividad cultural a agendas de políticas externas determinadas por prioridades gubernamentales en lugar de las necesidades o los deseos comunitarios, lo que a menudo resulta en una retórica política defensiva (Belfiore, 2012). El énfasis en los resultados medibles también ha privilegiado ciertas formas de participación cultural por sobre otras, otorgando atención política y recursos a actividades que pueden cuantificarse fácilmente, mientras que formas más sutiles de compromiso cultural pueden ser pasadas por alto o subvaloradas.

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