Decantaciones. Política y democracia cultural: un diálogo global
Democracia cultural y política cultural: tensiones... 27 corporaciones multinacionales ha creado nuevas formas de autoridad cultural que, aunque menos visibles que las de los guardianes institucionales tradicionales, son de todas formas poderosas a nivel global. Paradójicamente, incluso medidas como la protección de los derechos de autor de los artistas han sido utilizadas por corporaciones multinacionales de la música para mantener centralizada la producción (y ubicada en Occidente), combatiendo activamente el potencial de descentralización de la producción musical hacia el sur global que las nuevas tecnologías habían facilitado. La erradicación completa de toda una generación de productores musicales ghaneses debido a una feroz campaña contra la infracción de derechos de autor liderada por Occidente en los años ochenta contra la piratería de casetes musicales es un ejemplo claro de este potencial democrático perdido (Collins, 2006). Además, la transformación digital ha introducido nuevas formas de desigualdad basadas en el acceso a la tecnología, la alfabetización digital y la infraestructura de banda ancha. La brecha digital se cruza con los patrones existentes de exclusión cultural, lo que potencialmente agrava en lugar de resolver los déficits democráticos en la participación cultural (Mihelj et al ., 2019). Estos hechos sugieren que el cambio tecnológico por sí solo no puede abordar las cuestiones fundamentales de autoridad y valor cultural que motivaron el movimiento original de democracia cultural. Movimientos contemporáneos y respuestas organizacionales La aparición en el Reino Unido del Movement for Cultural Democracy en 2017 marcó un renovado interés en el poten- cial radical de la democracia cultural. Creado después del festival The World Transformed en Brighton, esta coalición de
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