Decantaciones. Política y democracia cultural: un diálogo global
Capturar, interpretar y evaluar el valor cultural 189 importantes para mí: emoción, asombro, alegría (Bunting & Knell, 2014: 59). Otro participante reflexionó: Se me invitó a explorar cómo la obra me hizo pensar, pero no cómo me hizo sentir ( ibid. ). Esto, junto con la realidad evidente de que al ser una encuesta evita cualquier diálogo directo entre artistas, orga- nizaciones artísticas y públicos, cuestiona la afirmación de Serota de que puede establecer conversaciones más profundas con las audiencias. Quizás es comprensible que algunas organizaciones de artes escénicas y organismos financiadores busquen encon- trar el Santo Grial de la evaluación artística y, a primera vista, marcos multidimensionales como este parecen ofrecer un avance sensato y un compromiso entre la indagación cualitativa y cuantitativa. Pero reducir la complejidad de las experiencias de las artes escénicas a un pequeño número de métricas solo puede resultar contraproducente, ya que reduce dichas experiencias al nivel cuantificable de productos, negando el potencial de evasión emocional y espiritual que la mayoría de los públicos afirma buscar en las artes escénicas en primer lugar. Al centrarse exclusivamente en los resultados del proceso creativo, la herramienta no aborda cuestiones de proceso artístico o participación y, por lo tanto, resulta particularmente inadecuada para evaluar trabajos co-creados o participativos. Además, el marco, tal como está, niega a las audiencias la oportunidad de reflexionar sobre la originalidad, la excelencia o el riesgo de una representación, presumiblemente porque se considera que las audiencias no están suficientemente cali- ficadas para opinar sobre cuestiones de calidad e innovación
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