Decantaciones. Política y democracia cultural: un diálogo global
Jorge Saavedra Utman 158 Escena 2 Otra de las acciones nacidas en el contexto movilizatorio encarnó una contra-propuesta a la lógica individualista de contextos neoliberales. Se trató de la rápida creación de asam- bleas o cabildos barriales. A través de redes sociales, redes de mensajería instantánea, boca a boca, o posters en almacenes, bares, y colegios, vecinas y vecinos con ningún, con algo, o con mayor experiencia asamblearia se autoconvocaron en plazas, calles o espacios comunitarios para hablar y debatir sobre sus necesidades, reivindicaciones y sueños locales. Esa acción sencilla, habitualmente acompañada de música, pan, galletas, té y café, tuvo lugar de forma rápida y espontánea (Ureta et al. , 2021). Así, las asambleas barriales fueron instan- cias comunicativas en diversos sentidos. Uno de ellos estuvo ligado al simple acto de hablar y ser escuchado. Se pudo revertir —al menos parcialmente— una queja común en la movilización social extensiva a todo el territorio latinoamericano: “Nadie nos escucha”; “Nuestras voces no se oyen”; “Somos invisibles para los políticos” o “No saben lo que es vivir en estas condiciones”. Los cabildos o asambleas vecinales fueron encuentros donde la gente expresó su preocupación por temas nacionales y locales, hablando y siendo oídos en contextos espaciales y temporales que no eran ajenos o intimidantes a la experiencia cotidiana de la gente. Las personas que asistieron se sentían cómodas en su plaza, en su calle. También se sentían consideradas en las oportunidades para hablar, para guardar silencio, para estar y compartir. En ocasiones, si alguien no tenía con quién dejar a sus hijas o hijos pequeños, se habilitaba un espacio de cuidado y protección en la misma asamblea con el fin de que cualquiera pudiera lenguajear y escuchar a los demás (Saavedra Utman, 2024).
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