Decantaciones. Política y democracia cultural: un diálogo global
Fundamentos, infraestructuras, bienes (y males) públicos 143 El cuarto poder, la televisión pública, los ecosistemas audiovisuales, los videojuegos, el cine, los festivales, los libros, el teatro y las salas de música en vivo están todos bajo enorme presión, en riesgo de atrofiarse en algunos casos. Los ecosistemas locales se ven amenazados, ya que cualquier valor público que generen —la vitalidad, la diversidad, la maravilla oculta que hacen que valga la pena vivir— es capturado por el mercado inmobiliario, la industria hotelera, las empresas de plataformas, el comercio exclusivo y las universidades corpo- rativizadas. En estas circunstancias, seguir buscando más métricas de impacto y adaptar los discursos de defensa cultural a los objetivos fugaces del gobierno de turno ha llegado a su punto final. Es hora de despojarse radicalmente del artificioso armazón construido en torno a la búsqueda desesperada del valor cultural y comenzar con urgencia a articular el valor de la cultura, más allá del tecnocratismo y las consultorías que hoy dominan la política cultural realmente existente. Necesitamos que el arte y la cultura contribuyan a ese nuevo imaginario, parte de la renovación urgente del sentido de un propósito común y un futuro compartido.
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