Decantaciones. Política y democracia cultural: un diálogo global
Fundamentos, infraestructuras, bienes (y males) públicos 133 financiadas con fondos públicos a comportarse como actores cuasi-mercantiles. El financiamiento público solo se mantiene mediante argumentos de fallo del mercado , y es ahí donde se intro- duce el concepto de bienes públicos . Desarrollado en los años cincuenta dentro de la economía neoclásica, los bienes públicos se definen como no excluyentes y no rivales . En términos simples, todas las personas pueden usarlos, y el uso que hace una persona no disminuye el de otra. Los econo- mistas reconocieron que hay bienes que no pueden cobrarse al usuario o, al menos, no a un precio que garantice una rentabilidad comercial. Agua, electricidad, carreteras, educa- ción masiva: este tipo de bienes se suministraban de forma gratuita o a bajo costo y, normalmente, correspondía al sector público proveerlos. Esta es una definición negativa de bien público en el sentido de que se basa en que el mercado no puede proveerlo de manera óptima, por lo tanto, se le consi- dera una necesidad lamentable. Sin embargo, existen muchas tradiciones más antiguas que proponen una visión positiva de los bienes públicos, no solo en términos técnicos y económicos, sino como parte del bien común en sí. Esto incluye la visión republicana clásica y aristotélica del bien público, pero también se encuentra en el pensamiento socialista, socialdemócrata, liberal social, conser- vador pre-neoliberal, comunitarista y anarquista, y en tradi- ciones civilizacionales más antiguas como el confucianismo o el islam.También se percibe de forma directa en la cosmovisión de los pueblos originarios y las Primeras Naciones, donde la vida comunitaria abarca a las generaciones pasadas y futuras. Los expertos en infraestructuras materiales, preocupados por las consecuencias del deterioro y la falta de inversión sisté- mica frente a nuevos desafíos, han desarrollado otra visión
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