Decantaciones. Política y democracia cultural: un diálogo global

Ana Wortman 120 María Becerra, apellido resumido como BCRA, en alusión a la idea de Milei de eliminar el Banco Central de la República Argentina. En esta llamada “batalla cultural” —término reite- rado en forma insistente por miembros del gobierno y afines, a la manera de las guerras culturales norteamericanas—, se pretende establecer un vínculo estrecho entre mundo cultura- arte, con el socialismo 10 y, en el caso argentino, con el kirch- nerismo (gobierno anterior de Néstor y Cristina Kirchner, los cuales gobernaron la Argentina entre 2003 y 2015). En la agresión y persecución al sector cultural resurgieron términos que parecían desterrados de la trama democrática consen- suada en los últimos 40 años de democracia argentina como “zurdos”, identificación errónea de política pública con comu- nismo o colectivismo, evidenciando una profunda ignorancia histórica y confundiendo a la mayoría de la sociedad con la noción de intervención estatal y comunismo. Además de desfinanciar al INCAA, se eliminó el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, el Insti- tuto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) y la agencia nacional de noticias Télam . De esta manera, la administración libertaria continúa con la rees- tructuración de entes que el mandatario argentino considera asociados al denostado gobierno anterior, los cuales incidirían en el déficit fiscal, además de perturbar la sociedad. También se asocia a la cultura artística contemporánea argentina con la promoción de imaginarios LGTBQ+ contra- rios a los valores de la familia, la maternidad y lo “femenino”, muy al estilo de las derechas radicales globales. Como señala Rowan (2016), parte de estos imaginarios anticulturales surgieron con el neoliberalismo de Thatcher y después fueron 10 En el mundo libertario, socialismo se le llama a toda política pública de intervención sobre aspectos de la sociedad.

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