En los bordes de la ilusión. La comunicación política en el gobierno de Gabriel Boric

Martín Malagueño P. 76 presidencial sobre diversidades, en contraste con su primera cuenta. Esto se aprecia en que, para tal ocasión, fueran solo dos sintéticas frases las únicas alusiones de Boric a las diversi- dades. De partida, Boric defendió a su entonces ministro de educación, Marco Antonio Ávila, quien enfrentó una acusa- ción constitucional por la difusión escolar de un instructivo sobre educación sexual que, desde la oposición, vincularon con su homosexualidad. De ahí, la defensa de Boric: “En un país que pretende ser moderno y civilizado (...) no es acep- table que un ministro tenga que dar explicaciones especiales respecto a una política pública por ser homosexual”. Parecía que Boric requería a los chilenos no ser homo- fóbicos para ser modernos y civilizados, aunque, paradójica- mente, su otra frase sobre lo diverso parecía emplear la lucha contra la homofobia como un principio digno de posterga- ción, una prioridad a omitir. Todo ello, muy parecido a las posturas que veían en las causas identitarias el motivo del fracaso de la propuesta constituyente: “Si alguien me pregun- tara ¿acaso estas constataciones (del rechazo a la constitución) han hecho modificar nuestros principios? Mi respuesta es no. Seguimos profundamente convencidos de la necesidad de avanzar hacia un país que (...) defiende las diversidades y enfrenta con firmeza la homofobia”. Inmediatamente, aclaró su postura actual: “¿Acaso el constatar el grado de tensiones que presenta nuestra sociedad chilena, los miedos y las incer- tidumbres, y el retraso del Estado para darles respuesta opor- tuna, te ha hecho cambiar tus prioridades? Mi respuesta es sí; tajantemente sí”. Todo porque “las urgencias del pueblo deben ser también las urgencias del Gobierno”. Se podría entender, de esa reflexión, que las diversidades y el combate contra la homofobia eran principios poster- gables ante mayores miedos, tensiones e incertidumbres.

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