En los bordes de la ilusión. La comunicación política en el gobierno de Gabriel Boric
Por Moisés Valderrama C. 42 Pero, a primera vista, estos esfuerzos del gobierno son significativos y apuntan en la dirección correcta para enfrentar la criminalidad. Entonces, ¿por qué según las encuestas, la ciudadanía no percibe dichas mejoras? Aquí es donde entra a jugar el factor comunicacional y la brecha con la percepción pública. Por ejemplo, la Encuesta CEP (Centro de Estudios Públicos) aplicada en marzo-abril de 2025 reveló que el 60% de los chilenos identifica la “delincuencia, asaltos y robos” como el problema número uno al que el gobierno debe dedicar esfuerzos. Demostrando que la seguridad ciudadana encabeza la lista de prioridades, muy por encima de otras áreas como lo son salud o educación. Otros casos que avalan esto son la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (ENUSC), junto con sondeos de Cadem y de la Fundación Paz Ciudadana. Todas transmiten lo mismo, la ciudadanía siente que la situación se ha desbordado y que las autoridades no tienen el control. Lo que revelaría un déficit comunicacional profundo. El problema no es solo la delincuencia, sino la incapacidad del gobierno para instalar un relato emocionalmente convincente que dispute la narrativa del miedo y genere confianza en la respuesta estatal. Todos estos indicadores apuntan a un desajuste estruc- tural entre los resultados que exhibe el gobierno y la percep- ción ciudadana cotidiana. Aunque la tasa de victimización real no ha crecido proporcionalmente al temor instalado (la ENUSC reportó que un 21% de los hogares fue víctima de delito en 2022, una cifra similar a la de años previos), la sensación de inseguridad se ha disparado a niveles históricos. Mas, este fenómeno no es nuevo en términos comunicacio- nales, debido a que cuando el miedo se instala como narrativa
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