En los bordes de la ilusión. La comunicación política en el gobierno de Gabriel Boric
Por Antonia Albarrán S. 32 provocaba ambigüedades administrativas e incluso obstruc- ciones al ejercicio de sus funciones. Por lo que, en el marco del discurso regionalista, la figura del delegado presidencial representaba un símbolo del centra- lismo. Su eliminación se planteó como una alternativa viable y potente, una forma de descentralizar el poder y de forta- lecer la presencia del gobierno regional como expresión de la voluntad popular. Suprimir esta figura era, en ese contexto, una manera de devolver poder a las regiones y de redefinir la relación entre las regiones y la capital. Paradójicamente, y pese a su relevancia simbólica, esta propuesta nunca se concretó. Con el tiempo, se diluyó dentro del relato regionalista, que también fue perdiendo fuerza gradualmente. La magnitud del retroceso se puede observar en el análisis de las cuentas públicas presidenciales. En 2022, a pocos meses de asumir, la descentraliza- ción ocupó una sección temática dentro del discurso. Boric reafirmó con fuerza su compromiso con las regiones, y en sintonía con su campaña, aclaró: “Avanzar en descentraliza- ción significa que la democracia cobra vida en cada uno de los rincones de nuestro país”. Incluso se aludió al rol del delegado presidencial, mencionando el inicio de un proceso de tras- paso de competencias a los Gobiernos Regionales, liderado por la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (SUBDERE). En 2023, en la cuenta pública, el eje se llama “Descen- tralización y desarrollo social” y el tono respecto a la descen- tralización y el relato regionalista en general, fue visiblemente más tibio. Se destacaron medidas administrativas menores que tienen que ver con fondos regionales, avances en tras- paso de competencias en planificación territorial, evaluación
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