En los bordes de la ilusión. La comunicación política en el gobierno de Gabriel Boric
Benjamín Bravo Y. 306 Quien dijo eso en televisión abierta era el candidato presidencial Gabriel Boric. El diputado le habló al entonces presidente de la República, Sebastián Piñera, y le advirtió al mandatario sobre la persecución sobre su responsabilidad política en las agresiones que sufrieron manifestantes durante el estallido social de parte de agentes del Estado. Eran mediados de 2021. Por ese entonces, las manifesta- ciones ocurridas dos años antes aún concitaban apoyo en la población. En diciembre de ese año, Gabriel Boric, el candi- dato de izquierda que representaba las demandas del estallido, triunfó con un 55% de los votos de segunda vuelta sobre el ultraderechista José Antonio Kast, del Partido Republicano. Sin embargo, años después el estallido sería percibido como algo negativo por la población. Y las violaciones a los DD.HH. de las que habló el candidato Boric pasarían al plano de lo invisibilizado. Para octubre de 2024, cinco años tras las manifestaciones, el 50% de la población consideraba el estallido social como algo “malo o muy malo”, según la encuesta CEP de esa época. En paralelo, la labor de Carabineros de Chile, altamente desprestigiada durante el desarrollo de las manifestaciones de 2019, tuvo una resignificación de parte de la ciudadanía: un 84% apoyaba a la institución uniformada, para abril de 2024. Además, el contexto de inseguridad y los ataques mortales a funcionarios —junto con las señales de respaldo a Carabi- neros que eran solicitadas desde la oposición y sectores de la sociedad civil—, instalaron un clima funcional a la insti- tución policial. Esto fue más dominante que la voluntad de cambio del gobierno. El panorama, claro está, sufrió un revés: con la alta percepción de carabineros, el apoyo al estallido y los heridos por agentes del Estado era percibido como un sentimiento
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