En los bordes de la ilusión. La comunicación política en el gobierno de Gabriel Boric

Memoria fracturada: Las limitaciones de la estrategia comunicacional del gobierno en... 285 “una invitación, no una obligación”. Esta aproximación dejó entrever desde el principio una ingenuidad preocupante: pretender que los mismos sectores que durante décadas han justificado el golpe militar y minimizado sus acciones, iban a cambiar de posición solo porque el gobierno les pidiera amablemente que lo hicieran a través de un pacto. La estrategia comunicacional gubernamental partía de una premisa fundamentalmente errónea: que existía una base común de valores democráticos compartidos por todos los sectores políticos. Esta suposición ignoraba por completo la historia reciente de Chile y las posiciones que la derecha había mantenido durante décadas respecto al golpe de Estado y la dictadura militar. En tanto, la vocería se concentró en múltiples ocasiones en destacar los “compromisos mínimos” y los puntos de conver- gencia, construyendo un discurso que buscaba la armonía por sobre la claridad. Sin embargo, nunca desarrolló una estrategia para enfrentar directamente las narrativas que seguían relativi- zando el golpe de Estado. Cuando algunos sectores comenzaron a plantear sus primeros reparos públicos, la respuesta oficial se limitó a reiterar mecánicamente la invitación al diálogo, como si el problema fuera simplemente de comunicación y no de posiciones políticas irreconciliables respecto a un pasado lleno de impunidad y delitos de lesa humanidad. El gran problema estructural de la estrategia comuni- cacional del gobierno fue que no estuvo respaldada por una gestión política real y efectiva. Vallejo hablaba constante- mente de “avances” en las conversaciones con los distintos sectores, pero los hechos posteriores demostraron que estas conversaciones eran más bien espejismos o, en el mejor de los casos, intercambios de cortesía sin compromisos concretos.

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