En los bordes de la ilusión. La comunicación política en el gobierno de Gabriel Boric

Nicolás Hojas M. 280 la comunicación política, se observa un proceso de adaptación táctica, pero sin una narrativa de largo aliento que dé cohe- rencia al mensaje estatal frente a la ciudadanía. Una crítica central a esta evolución es la falta de conti- nuidad narrativa. Mientras el discurso de campaña planteó una visión normativa y progresista sobre la migración, el relato en gobierno no construyó un puente discursivo que permitiera explicar y contextualizar los cambios de enfoque. La lógica comunicacional del gobierno se movió entre el idea- lismo inicial y el pragmatismo reactivo, lo que generó diso- nancia con sus bases electorales y favoreció lecturas de opor- tunismo político. “Ahora parece gobierno de derecha”. Además, la comunicación fue codificada por el lenguaje del enemigo político. Al adoptar términos como “control”, “colapso”, “crisis” o “expulsión”, el gobierno terminó refor- zando los marcos de seguridad instalados por sectores conser- vadores. Esta decisión, si bien pudo responder a exigencias del corto plazo, debilitó su capacidad de generar sentido propio y proyectar una agenda transformadora. Al gobierno le hizo falta una consistencia narrativa y didáctica política. En lugar de haber realizado un giro tan directamente autoritario en sus relaciones, se podría haber articulado un relato que reconociera las tensiones del contexto, más no ligarlo directamente con la delincuencia. En la misma gira que realizó por Antofagasta, donde declaró “o se regularizan, o se van”, habló sobre la delincuencia: “vamos a ser unos perros en la persecución de la delincuencia”. Faltó reafirmar sus principios fundacionales. Por ejemplo, en vez de declarar que “Chile no puede recibir más migración”, se podría haber comunicado que “Chile debe mejorar sus meca- nismos de acogida para garantizar la dignidad y el orden”. Así,

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