En los bordes de la ilusión. La comunicación política en el gobierno de Gabriel Boric
Nicolás Hojas M. 278 ni construye nuevos pactos simbólicos con la ciudadanía. Por el contrario, repite lo ya dicho, apelando a una seguridad emocional basada en el “otro peligroso”, en lugar de abrir caminos hacia un proyecto político más inclusivo, como el que prometía en su gobierno y que estaba alineado con sus valores progresistas de izquierda. Además, al subjetivar la seguridad –es decir, al enfo- carla en actores concretos como los migrantes–, el gobierno desplaza el problema hacia lo identitario y cultural, debili- tando la posibilidad de abordar la seguridad desde una pers- pectiva estructural e intersectorial. Esto no solo es problemá- tico desde el punto de vista ético, sino también estratégico: reduce la legitimidad del gobierno frente a sus bases y da más terreno a la derecha para imponer sus propios marcos comu- nicacionales sobre migración y seguridad. De todas maneras, y aunque no esté de acuerdo, me parece que era la única forma en la que se pudo haber dirigido el discurso del gobierno en torno a la migración, visto desde la comunicación política. Por un lado, el gobierno inició su mandato con una fuerte desaprobación, marcada por una desarrollada crisis de seguridad pública, donde los medios de comunicación tradicionales destinaban día y noche a bombardear y reconfigurar la opinión pública con la excesiva generación de noticias sobre delitos violentos y seguridad. Se estima que un 90,6% de los chilenos percibió un aumento de la delincuencia según La Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (ENUSC) 2023. Este clima hostil de inseguridad se atribuyó a la migración. La simple acción de emitir declaraciones contra la migra- ción y el anuncio de la creación de medidas contra esta serviría como paños fríos para bajar la desaprobación del gobierno
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