En los bordes de la ilusión. La comunicación política en el gobierno de Gabriel Boric

Diego Yáñez H. 256 Estas cifras no las aprovecha para conectar con el relato de derecho a una vivienda digna. El Caso Democracia Viva lo obligó a concentrar su vocería en defensas administrativas y legales, tras enfrentar una fallida acusación constitucional. Esto a pesar de que, aunque no derrumbó su imagen, prote- gida por el respaldo explícito del presidente Boric, lo dejó atrapado en discursos de gestión y contención, debilitando así su potencial para liderar la dimensión comunicacional de la vivienda como derecho humano. De todas maneras, en la disputa comunicacional la neutralidad es casi una renuncia. Cuando el gobierno habló de soluciones habitacionales, pero evitó hablar de injusticia territorial, cede ese espacio a otros actores, tales como los medios, los privados y al Poder Judicial. Los medios imponen el discurso del orden. Ya que en esa omisión se pierde la opor- tunidad de explicar por qué surgen las tomas, por qué hay familias viviendo en cerros y quebradas. En lugar de instalar el problema como una cuestión de derechos y desigualdad, se deja espacio para que la televisión repita, una y otra vez, imágenes de carpas y denuncias de vecinos, asociando las tomas a delincuencia e inseguridad. Así, el debate queda reducido a un binomio simplista de orden contra desorden. Es en ese terreno donde la oposición y los medios encuen- tran terreno fértil para imponer su narrativa, mientras que el gobierno aparece sin relato, incapaz de explicar que detrás de cada campamento hay una historia de exclusión. La comunicación de gobierno, en este tema, ha sido defensiva. Más reactiva que propositiva. El Plan de Emer- gencia Habitacional es posiblemente una de las políticas públicas más ambiciosas de este período, pero también carece de un relato unificador. En ella persisten tensiones ideológicas al interior de la coalición gobernante sobre cómo conciliar el

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