En los bordes de la ilusión. La comunicación política en el gobierno de Gabriel Boric
Rocío Calderón S. 228 actuando. La narrativa instalada por los medios generó una especie de expectativa pública: había que dar señales de control, ordenar el discurso y mostrar firmeza. Así, muchas decisiones migratorias se tomaron en ese momento no solo como respuesta a los hechos, sino también como respuesta al relato que circulaba en los titulares y los noticiarios. La evolución del discurso migratorio del gobierno de Gabriel Boric no refleja tanto una renuncia a sus convicciones, sino más bien una adaptación forzada al terreno resbaladizo de la política real. Gobernar en tiempos de crisis implica negociar constantemente entre lo deseable y lo posible. En ese tránsito, el ideal de una política basada en los derechos humanos no desapareció, pero sí fue opacado por la necesidad de control y gestión ante una ciudadanía que exigía respuestas inmediatas. Quizás no fue un giro ideológico, sino un reor- denamiento de prioridades. Pero en ese reordenamiento, el relato original perdió parte de su potencia simbólica. Y cuando los discursos cambian, también cambia la forma en que el poder es percibido. Más que una traición a sus principios, lo que ocurrió fue una expresión de realpolitik, una necesidad de ajustar los ideales a un escenario marcado por presiones sociales, terri- toriales y mediáticas cada vez más intensas. La tensión entre el deber ser y lo políticamente posible marcó el tono de su gestión migratoria. En ese terreno complejo, donde conviven derechos, miedos, urgencias y expectativas, la pregunta que queda abierta es ¿qué margen real tienen los gobiernos para sostener una política migratoria coherente y basada en dere- chos humanos, frente a una ciudadanía que demanda control y resultados inmediatos?
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