En los bordes de la ilusión. La comunicación política en el gobierno de Gabriel Boric

Rocío Calderón S. 224 El punto de inflexión se hizo aún más evidente a mediados de 2023, cuando el Ejecutivo comenzó a adoptar un tono más firme frente al tema migratorio. La ex ministra del interior, Carolina Tohá, incorporó de forma recurrente el término “reconducciones” en su discurso, en referencia a los proyectos que buscaban impulsar, facilitaban y simplifi- caban la devolución inmediata de migrantes hacia sus países de origen. En paralelo, se reactivaron procesos de expulsión –algunos de ellos masivos– y se estrechó la colaboración con gobiernos como los de Venezuela y Bolivia para facilitar estas devoluciones. La puesta en marcha de los planes de reconduc- ción reforzó la idea de control como prioridad: estos opera- tivos implicaron desplegar Fuerzas Armadas en la frontera y establecer protocolos para retornar a quienes ingresaran por pasos no habilitados. El enfoque del gobierno comenzó a cambiar gradual- mente, dejando atrás un lenguaje centrado en los derechos humanos e incorporando con mayor fuerza conceptos como seguridad, orden y control, tradicionalmente asociados a sectores conservadores. Esta transformación en el discurso y en la práctica estatal fue interpretada por muchos como un giro pragmático; sin embargo, en rigor no implicó una renuncia total al proyecto inicial, ya que la regularización y el control migratorio siempre formaron parte de su propuesta de gobierno. Lo que cambió fue la jerarquía de prioridades: la dimensión humanitaria y de derechos humanos no desapa- reció, pero en la práctica quedó relegada a un segundo plano frente a la urgencia de reforzar el control y responder a la presión social y territorial. En paralelo, el entonces subsecretario del interior, Manuel Monsalve, comenzó a adoptar un tono más severo en sus vocerías, recalcando que Chile no podía ser un país

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