En los bordes de la ilusión. La comunicación política en el gobierno de Gabriel Boric

Maite Ramírez A. 214 al referirse a Venezuela, Boric aplicó el encuadre de atribución de responsabilidad. Si bien apoyó el proceso de negociación, advirtió que no se podía “meter debajo de la alfombra o hacer la vista gorda frente a los informes de la Alta Comisionada de DDHH de la ONU, que constatan las violaciones a los dere- chos humanos de manera sistemática”. Al hacer esto, emite un juicio moral y atribuye directamente la responsabilidad de dichas violaciones al Estado venezolano, basándose en una fuente de autoridad internacional. Consciente de que Chile carece del poder duro de México o Brasil, la estrategia del mandatario chileno busca acumular soft power para erigirse como un liderazgo de nicho. “Noso- tros -como país mediano- sabemos que la principal garantía para nuestra propia existencia es justamente el respeto al derecho internacional” comentó en la misma entrevista al medio alemán DW. Esto quedó patente en la Cumbre de las Américas de junio de 2022. Ante la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua, Boric criticó la decisión, pero usó ese mismo argumento para reafirmar su postura. En su discurso oficial, en lugar de una simple condena, construyó un argumento sobre la eficacia de la diplomacia inclusiva, declarando: “Porque sería distinto sostener en un foro como este, con todos los países presentes, incluso aquellos que deci- dieron restarse por esta exclusión, la urgente necesidad de la liberación de los presos políticos de Nicaragua o, también, la importancia moral y práctica de terminar de una vez por todas con el injusto e inaceptable bloqueo de Estados Unidos al pueblo de Cuba. Esas cosas, es importante que cuando estemos en desacuerdo, como ustedes bien lo han dicho, nos lo podamos decir a la cara”.

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