En los bordes de la ilusión. La comunicación política en el gobierno de Gabriel Boric
Pablo Iturriaga A. 168 Diez años más tarde, ya como presidente de la Repú- blica, comprometió la condonación universal y gradual del Crédito con Aval del Estado (CAE). El 8 de octubre de 2024, en cadena nacional, presentó el nuevo sistema de Financia- miento Público para la Educación Superior (FES), que marca el fin del CAE. El presidente habló en horario estelar. La escena condensó una cierta idea de triunfo político: el dirigente estudiantil que combatió el endeudamiento educativo presentaba, ahora desde el poder, la eliminación del sistema que combatió en su juventud. Sin embargo, la propuesta no contemplaba ni condona- ción universal ni gratuidad. No garantizaba la cobertura del copago que muchas universidades privadas cobran incluso a estudiantes con gratuidad. Ni siquiera beneficiaba automáti- camente a todos los actuales deudores del CAE. La hipótesis que se plantea aquí es que el gobierno utilizó el anuncio del FES como una operación simbólica más que técnica. En lugar de enfatizar los límites del proyecto, prefirió escenificar una victoria histórica, dirigida especialmente a una generación marcada por las movilizaciones estudiantiles de 2006 y 2011. La llamada “Revolución Pingüina” de 2006 fue prota- gonizada por estudiantes secundarios y universitarios que exigieron el fin del lucro en la educación, transporte gratuito y la derogación de la Ley Orgánica Constitucional de Ense- ñanza (LOCE). Años más tarde, en 2011, las protestas se reactivaron con aún mayor intensidad, esta vez lideradas por estudiantes universitarios, entre ellos Gabriel Boric, Camila Vallejo y Giorgio Jackson. En esa ocasión, el movimiento demandó una educación pública, gratuita y de calidad, junto con el fin del sistema de financiamiento basado en
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