En los bordes de la ilusión. La comunicación política en el gobierno de Gabriel Boric

Olivia Hernández D. 164 Estado, instalando una vez más la permisología como la gran culpable del estancamiento económico. A raíz de esto, el ministro de Economía, Nicolás Grau –principal impulsor del proyecto de ley sobre permisos secto- riales– y la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, se vieron enfrentados a una fuerte presión pública por dar expli- caciones, luego de una ola de acusaciones y señalamientos. Ambos salieron al paso de las críticas, tratando de aclarar el trasfondo de la situación. Ante la escalada de declaraciones, Grau aclaró que “la ministra Maisa Rojas y el Ministerio de Medio Ambiente no tienen nada que ver en este problema (…). No tiene nada que ver porque este proyecto no entró al Sistema de Evaluación Ambiental (SEA). O sea, eran proyectos más industriales. Los proyectos industriales en general, como una planta de este tipo, no son tan complejos de tramitación ambiental”. En la misma línea, el ministro de Hacienda, Mario Marcel –quien nunca ha estado involucrado de manera directa en este debate– también salió a dar explicaciones por el asunto. El secretario de Estado llamó a “desdramatizar” la situación y dijo que “lo que han planteado, en el caso de BYD, es un tema rela- cionado con los precios del litio actuales. Hay otra empresa que no llegó siquiera a constituirse legalmente en Chile”. “Desgraciadamente, es un tema que ya se había identifi- cado tiempo atrás. Se le buscó solución, pero no fue posible lograrlo”, agregó Marcel. Aunque las compañías asiáticas no explicitaron en un principio los motivos de su desistimiento, la interpretación mediática se impuso: se trataba de un nuevo caso de exceso de permisología. Tal fue el nivel de presión que el propio Presi- dente de la República se vio obligado a pronunciarse durante una actividad en Antofagasta, donde encabezó la inauguración

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