En los bordes de la ilusión. La comunicación política en el gobierno de Gabriel Boric

Sebastián Morales V. 150 significativas. En la práctica, consolidó un modelo híbrido, alejándose de la propuesta original de un sistema único y público. Pero, quizás lo más relevante en términos de comu- nicación política, es que marcó un punto de inflexión en el discurso oficial: se pasó de una lógica de confrontación ideo- lógica —donde las ISAPREs eran vistas como un modelo a erradicar— a una postura pragmática, centrada en mantener la estabilidad institucional. La crisis dejó de narrarse como una oportunidad de transformación estructural y comenzó a ser comunicada como una situación excepcional que debía ser administrada con responsabilidad. En términos comunicacionales, este giro representó también una oportunidad para demostrar una nueva narrativa de gobernabilidad. El Ejecutivo adoptó una postura orientada a mostrar manejo técnico y responsabilidad institucional, buscando reposicionarse frente a una ciudadanía crítica que exigía resultados. Este lenguaje, aunque alejado de la inicial, apuntaba a reconstruir confianza desde la eficiencia más que desde la transformación. La ministra de Salud, Ximena Aguilera, también reforzó aquel carácter técnico y conciliador. El 30 de enero de 2024, tras la aprobación en el Senado del texto principal de la ley corta, Aguilera descartó que la norma implicara un rescate económico impropio (“no es un salvataje”), y enfatizó que su propósito real era “ordenar la situación para que el sistema no colapse y se mantenga la cobertura a los afiliados”. Ese discurso nuevamente brindó legitimidad a la narrativa conservadora, reforzando la idea de responsabilidad institucional por sobre la confrontación ideológica. Este cambio en el tono también se reflejó en la manera en que los actores políticos comenzaron a comunicar sus decisiones: se redujeron las menciones explícitas al carácter

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