En los bordes de la ilusión. La comunicación política en el gobierno de Gabriel Boric
Sebastián Morales V. 148 complementarios voluntarios, administrados bajo una lógica de equidad. El contraste entre ese discurso inicial —transformador, disruptivo— y el que se adoptó durante la crisis de las ISAPREs, es evidente. Frente al riesgo de colapso del sistema, el gobierno pasó a emplear un tono técnico y conciliador, centrado en asegurar la continuidad del servicio y dar tran- quilidad a los usuarios. Esa narrativa buscó instalar certezas en un escenario de alta incertidumbre. Esta diferencia plantea una pregunta inevitable sobre el vínculo entre contexto y comunicación política: ¿cuánto puede transformarse el relato de un gobierno frente a una crisis institucional? ¿Es posible sostener las convicciones originales cuando la urgencia exige pactar con lo que antes se quería superar? La hipótesis que se plantea aquí es que la ley corta no solo alteró el marco legis- lativo de la crisis, sino que obligó al Ejecutivo a modificar su estrategia comunicacional: el gobierno pasó de un lenguaje de confrontación, donde las ISAPREs eran vistas como un modelo a erradicar, a uno técnico y conciliador, en el que el énfasis estuvo puesto en la continuidad del sistema. Así, el relato original se fue diluyendo, hasta desaparecer completa- mente del centro del discurso presidencial. Ese giro comenzó a manifestarse con fuerza tras el fallo de la Corte Suprema de diciembre de 2022 —que obligó a las aseguradoras privadas a devolver los montos cobrados en exceso a millones de usuarios—, cuando creció la tensión institucional. En respuesta, la llamada “ley corta”, que garan- tizaba la continuidad operativa de las ISAPREs, cambió radi- calmente ese discurso. Lo que antes era un modelo a superar, se convirtió en una estructura que había que preservar. La medida fue incluso catalogada por el Ejecutivo como “una ley responsable, que otorga estabilidad al sistema de salud”,
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