Historia de la Extensión en la Universidad de Chile 1842-2022. Compromiso con la sociedad

266 historia de la extensión en la universidad de chile oficialmente asignados y más allá de los límites oficiales e institucionales. La extensión permitía a la universidad estar presente en los espacios cotidia- nos, reconociendo en la cultura popular una escuela válida de aprendizaje y formación. La extensión universitaria era la forma en que la universidad podía trascender su rol tradicional para llegar a ser una herramienta de análisis crítico del sistema. En este periodo, la universidad abrió sus puertas a las poblaciones campesina y obrera, generando organización y conciencia crítica. La ex- tensión era sinónimo no solo de comunicación sino también de política y acción social transformadora, era sinónimo de reflexión, de largos debates y encuentros, de preguntas que tenían que ver con cuestionar el sentido de cada uno/a de las y los miembros de la universidad: ¿cómo la extensión se despliega en un contexto altamente polarizado? ¿Qué significa ser univer- sitario/a y querer organizar una revolución? ¿Cómo entender el ser univer- sitario en una sociedad altamente desigual, en un contexto de profundas transformaciones sociales? El Golpe militar de 1973 frenó estos cuestionamientos y detuvo el proceso de desarrollo y avance que la extensión había logrado desde sus comienzos, iniciando un proceso contrarrevolucionario de reversión ins- titucional, un viraje regresivo al proscribir la discusión y convertir la polí- tica en un delito, además de perseguir a las disidencias, exonerar, reprimir y asesinar. En este contexto, fue necesario primero minimizar la acción extensionista, disminuyendo su rol y limitando su alcance bajo un manto de neutralidad. En segundo lugar, se reorientó sus sentidos hacia la confor- mación de una cultura neoliberal en que los seres humanos son conside- rados individuos orientados solo por su interés personal, mientras que sus relaciones sociales se reducen a transacciones de mercado. La extensión se volvió «práctica sobreviviente» que resiste en las intenciones de las y los académicos y funcionarios que intentaron aportar a la sociedad y, sobre todo, en las y los estudiantes que rearticularon el movimiento estudiantil para recuperar la democracia y la extensión universitaria. En el largo listado de crímenes de la dictadura, ¿podemos considerar la extensión universi- taria como una función perseguida, como otra víctima desconocida de la dictadura? ¿Fue la extensión una función clausurada o bien un proyecto obstaculizado que rearticular?

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