Historia de la Extensión en la Universidad de Chile 1842-2022. Compromiso con la sociedad

124 historia de la extensión en la universidad de chile La importancia para el desarrollo de la nación y su cultura, así como la preocupación por la democracia y la paz destacan como símbolos de este momento histórico. Sin embargo, el consenso era limitado y siempre fruto de cuestionamientos y tensiones. Por ejemplo, las emblemáticas escuelas de temporada fueron criticadas internamente por «bajar de rango» el trabajo universitario, por aceptar profesores que no eran parte de la universidad, por su corta duración, por ofrecer educación técnica, por no exigir requi- sitos mínimos de ingreso, por no priorizar estudiantes universitarios, por duplicidad de funciones con otros establecimientos educativos y por el supuesto mal uso de los certificados otorgados 299 . Amanda Labarca, figura clave del periodo 300 , entendía que aquellas críticas no lograban comprender el real esfuerzo detrás de la extensión: «Se nos reprochó de haber ‘plebeiza- do’ un tanto la universidad. Pero era realmente nuestro deseo que los dones universitarios alcanzaran a todo el pueblo. Queríamos una democratización de la universidad» 301 . Esta tensión se agudizó una vez terminada la rectoría de Juvenal Her- nández en 1953. Juan Gómez Millas, siendo decano, ya había manifestado su preocupación en el Consejo Universitario por la duplicidad de funciones y el uso excesivo de recursos 302 . Como rector, promovió nuevas aproximaciones y priorizó otros programas. Por ejemplo, en su gestión se cerró la Sección de Enseñanza Popular y Escuelas por Correspondencias y se dio un mayor 299 Mussa B., «Dos decenios», 73-76. 300 Flores, «Amanda Labarca», «‘We wanted to democratize the university’». 301 Sehlinger, «Entrevista con la señora Amanda Labarca. 7 de setiembre de 1970», 9. Amanda Labarca sintetizó en cuatro los principios que guiaban su labor de extensión: «1° El país necesita que su Universidad, la Casa a quien dota de fondos con el concurso de toda la Nación, sea más que una excelente escuela de profesionales y seminario de investigadores. Le exige que asuma la responsabilidad de orientar la política cultural del país, que cree y fomente aquellos ideales que moldeen su destino de nación, valiosa en el conjunto del mundo y en el incremento de los más altos valores espirituales. 2° La Universidad debe, por la obra de sus egresados y por cuantos medios estén a su alcance, vaciar el cauce de su sabiduría en la colectividad toda para que ésta participe de los fines culturales de sus mentores, los comprenda y los secunde. 3° La corporación debe estar atenta a fomentar todas aquellas disciplinas que robustezcan y purifiquen la democracia sin cuyas libertades declina y perece la obra de creación universitaria. 4° Las universidades deben ser fieles al espíritu «universal» que les dió vida y procurar incesantemente un acercamiento más cordial, más comprensivo, más sincero entre los pueblos para que la paz sea suprema bendición de todos». Amanda Labarca H., «de Doña Amanda Labarca H.», en Homenaje de la Universidad de Chile a Aman- da Labarca H. (Santiago: Ediciones del Departamento de Extensión Cultural, 1956), 16–17. 302 Véase: Flores, «‘We wanted to democratize the university’».

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