Policy Brief: Rehabilitación en personas tras un ataque cerebrovascular (ACV): Hacia dónde debemos avanzar
5 la hospitalización y rehabilitación en un prestador con capaci- dad resolutiva. El tratamiento considera acceso a rehabilitación y seguimiento, y en el caso de los menores de 65 años, el acceso a ayudas técnicas y atención de rehabilitación para uso, según indicación médica. Desde la garantía de oportunidad, la rehabi- litación en tratamiento hospitalizado se debe iniciar dentro de 48 horas desde la indicación médica y la rehabilitación ambu- latoria dentro de 15 días desde la indicación médica. La entrega de bastón, cojín o colchón para menores de 65 años (MINSAL, 2013c), se debe realizar dentro de 20 días desde la indicación médica y la entrega de sillas de ruedas para menores de 65 años dentro de 30 días desde la indicación. En relación con la pro- tección financiera, la rehabilitación en tratamiento hospitalizado cuenta con un arancel definido por el tratamiento completo, la rehabilitación ambulatoria con un arancel definido a nivel men - sual, y la atención de rehabilitación para uso de ayudas técnicas, con aranceles definidos por cada vez que sean necesarias. Todas cuentan con un copago de un 20% sobre el valor del arancel. Se publican las guías clínicas de las patologías incluidas en los GES N° 37 y 42 (MINSAL, 2013b, 2013c). Cada guía establece los cursos de acción específicos que se deben seguir para el abordaje. Para la garantía n° 37 se cuenta con la Guía Clínica Accidente Cerebro Vascular Isquémico en personas de 15 años y más, del año 2013, junto a una actualización de recomenda- ciones introducidas el 2018 (MINSAL, 2018b). En esta última, se entregan recomendaciones generales vinculadas con la carga de rehabilitación, y específicas para evaluación deglutoria y te - rapia motora. Por otra parte, para la garantía N° 42 se cuenta con la Guía Clí- nica Hemorragia subaracnoidea debida a rotura de aneurismas cerebrales del 2017. Una de las dos recomendaciones categori- zadas como buena práctica clínica bajo el sistema de recomen- dación GRADE consta en realizar un plan de neurorehabilitación precoz (dentro de los 15 días post diagnóstico). En el mismo sentido, la Orientación Técnica para la atención integral del ACV hemorrágico del año 2019, indica que todos los pacientes con hemorragia intracerebral deben acceder a rehabilitación mul- tidisciplinaria precoz. Si bien, se puede reconocer que en los instrumentos de política pública mencionados anteriormente se enuncian recomendaciones relacionadas a los procesos de re- habilitación de la persona con ACV, estas son escasas, muy ge- nerales y se enfocan principalmente en la evaluación y diagnós- tico durante etapas tempranas, en contextos de hospitalización. El 2014 se elabora el plan de Acción ACV, desarrollándose el Código ACV (Ministerio de Salud, 2014). Posteriormente, en el 2020 se presentó el modelo de gestión de la red neurológica en la atención de las personas con ataque cerebrovascular (MIN- SAL, 2020). Dentro de este modelo, la rehabilitación forma parte tanto del manejo del evento agudo en la atención hospitalaria como en el seguimiento tras el alta en la atención ambulatoria. En este último caso los servicios de Atención Primaria de Salud (APS) cumplen un rol fundamental (MINSAL, 2021). Las personas que sufren un ACV reciben cuidados médicos y de rehabilitación en distintos niveles del sistema de salud, los cua- les interactúan entre ellos por medio de un sistema de referen- cia y contrarreferencia: terciario (hospitalización y Servicios de Medicina Física y Rehabilitación, SMF&R), secundario (Centros de Referencia en Salud, CRS) y primario (Centros Comunitarios de Rehabilitación, CCR) y Salas de Rehabilitación Comunitaria (SRC). En general, los SMF&R se conforman con un equipo multidisciplinario (fisiatría, fonoaudiología, kinesiología, terapia ocupacional, neuropsicología clínica) el cual evalúa y diseña in- tervenciones desde la etapa aguda hasta el seguimiento ambu- latorio. De acuerdo al Plan de Rehabilitación 2030 y la Estrategia de Rehabilitación Basada en la Comunidad (RBC), los SMF&R son dispositivos claves para mejorar la capacidad funcional de los sobrevivientes de un ACV y promover la integración comu- nitaria. Luego del alta hospitalaria, las personas con ACV son deriva- das a la APS (MINSAL, 2021). Desde el año 2006, el MINSAL ha impulsado en APS una Estrategia de Rehabilitación Basada en la Comunidad (RBC) (MINSAL, 2010). El objetivo central de la RBC es la inclusión en la comunidad y la transferencia de cono- cimiento a las personas con discapacidad, familias y miembros de la comunidad (INRPAC, 2005). Los dispositivos de salud cen- trales de la RBC son los CCR (MINSAL, 2010) y las SRC. Ambos dispositivos se conforman por una dupla de Terapia Ocupacio- nal y Kinesiología. Las personas con ACV son una de las pobla- ciones claves para las que han sido diseñados estos dos dispo- sitivos. Existen actualmente 285 SRCs, logrando una cobertura nacional de un 49% de los CESFAM (MINSAL, 2022). La RBC se ha definido como una tecnología de rehabilitación que no requiere personal o tecnología especializada (INRPAC, 2005), lo cual ha generado una importante limitación técnica para abor- dar las complejas necesidades de esta población. Actualmente los CCR/SRC tienen un fuerte componente interventivo en el ámbito motor, pero no consideran el abordaje de alteraciones cognitivas y conductuales. (MINSAL, 2010, 2022), En resumen, se evidencia una falta de competencias técnicas de profesionales que trabajan en RBC para abordar las dificultades cognitivas y conductuales de personas con lesiones cerebrales adquiridas como el ACV y su impacto en la reintegración comunitaria, así como la falta de recursos y orientaciones claras para desarrollar
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