Núcleos I+D+I: Del Estado del Arte a la Agenda Pública

Sistemas Territoriales Complejos (SITEC) 59 59 Resumen El presente policy brief aborda las limitaciones de la política habitacional chilena, en particular del Decreto Supremo Nro. 49 “Programa de Fondo Solidario de Elección de Vivienda”, en relación con el reconocimiento de la autogestión en los proyectos habitacionales. Se identifica que la centralidad de los instrumentos tecnocráticos y la obligatoriedad de intermediación por Entidades Patrocinantes han reducido significativamente la autonomía de las comunidades organizadas, generando una dependencia estructural que refuerza las lógicas de mercado por sobre la organización social. A pesar de la capacidad organizativa de los comités de vivienda y los movimientos de pobladores –principales actores en la demanda de soluciones habitacionales–, los mecanismos estatales de carácter asistencialista y los procesos participativos netamente consultivos han limitado su incidencia en el diseño y gestión de proyectos. Frente a ello, se proponen cuatro recomendaciones orientadas a democratizar la política habitacional: reconocer la autogestión como vía legítima, reformular el diagnóstico familiar del D.S. 49 incorporando un enfoque comunitario, garantizar la participación en todas las fases de los proyectos y fortalecer la colaboración entre Estado, academia y sociedad civil. Problema que busca abordar La política habitacional chilena, centrada en instrumentos tecnocráticos y en la intermediación obligatoria de Entidades Patrocinantes, ha limitado progresivamente la capacidad de autogestión de las comunidades organizadas. La modificación del artículo 68 en el año 2012 (Espinoza, 2019) –que permitía a los grupos con capacidad de autogestión actuar como Entidad Patrocinante de sus propios proyectos– consolidó una dependencia estructural frente a estas entidades, las que se transformaron en intermediarias obligatorias entre el Estado y los postulantes. Este modelo ha reducido la autonomía de los movimientos sociales y reforzado las lógicas de mercado por sobre la organización comunitaria. A ello se suma que instrumentos como el diagnóstico familiar del D.S49 se diseñan desde lógicas asistencialistas y técnicas que invisibilizan capacidades organizativas de los pobladores. Este enfoque reproduce procesos burocráticos desconectados de las necesidades reales de las comunidades. Por otro lado, los mecanismos de participación y evaluación de la política habitacional se limitan a espacios consultivos sin carácter vinculante, lo que restringe la posibilidad de incidencia efectiva de las comunidades en las distintas fases de sus proyectos. En esta línea, Godoy (2020) señala que el diseño del D.S. 49 –a través del Plan de Acompañamiento Social– promueve niveles mínimos de De la intermediación al protagonismo comunitario: hacia una política habitacional democrática Autores: Natalia Córdova, Francisca Pinto e Iván Zamorano

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