Núcleos I+D+I: Del Estado del Arte a la Agenda Pública
Relaciones Socioeconómicas y Luchas Sociales (NURELS) 38 38 Sostenemos que estas condiciones están estrechamente relacionadas con el marco normativo heredado del Plan Laboral de 1979, que redujo la negociación colectiva al nivel de empresa, debilitando el poder sindical y favoreció la concentración del ingreso en el capital (Dirección del Trabajo, 2022). El actual sistema de relaciones laborales en Chile se caracteriza por una alta fragmentación sindical y una negociación colectiva restringida al ámbito de la empresa (Encla, 2023). Esta arquitectura legal ha llevado a que los trabajadores negocien en condiciones de profunda asimetría con sus empleadores, limitando su capacidad de incidir en la distribución del ingreso (Durán & Stanton, 2025). Mientras en Uruguay la cobertura de la negociación colectiva supera el 90 %, en Chile apenas alcanza al 13 %, lo que refleja un modelo altamente restrictivo (Durán, 2024). Como consecuencia, la participación de los salarios en el PIB ha caído sostenidamente: del 63 % en la década de 1970 a cerca del 40 % en la actualidad (Durán & Stanton, 2025). Antecedentes La reducción de la negociación colectiva al perímetro de la empresa individual ha impedido que los trabajadores participen del excedente económico generado colectivamente, consolidando un esquema que les niega el derecho efectivo a incidir en la distribución de la riqueza (Csteba & Fundación SOL, 2024). Desde esta perspectiva, la Negociación Colectiva Ramal emerge como una herramienta indispensableparaenfrentar ladesigualdad estructural: su implementación permitiría redistribuir el ingreso de manera más equitativa, mejorar las condiciones laborales, limitar la concentración de la riqueza y fortalecer la autonomía y la unidad del movimiento sindical. Como sostienen la Confederación de Sindicatos Bancarios y del Sistema Financiero (Csteba) y Fundación SOL (2024), “si la desigualdad es la causa de la pobreza y de la injusticia, entonces hay que atacar ese principio, y la formamás eficiente que se conoce desde el mundo del trabajo es la negociación colectiva ramal”. Lejos de ser un mero dispositivo económico, la NCR constituye un derecho social habilitante: posibilita el acceso a otros derechos fundamentales –salud, vivienda, educación y pensiones– y, en sociedades altamente desiguales como las latinoamericanas, opera –siguiendo a H. Arendt– como un “derecho para obtener derechos”, especialmente para quienes enfrentan desventajas estructurales (Csteba & Fundación SOL, 2024). Estudios recientes demuestran que los sistemas de NCR no solo mejoran los salarios, sino que también generan mayor equidad en la distribución del ingreso y fortalecen la cohesión social (Keune, 2022; Osorio et al., 2024). El problema de Chile no es únicamente distributivo, sino también político: el Plan Laboral consagró una estructura sindical débil, que hasta hoy limita la posibilidad de un desarrollo
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