Núcleos I+D+I: Del Estado del Arte a la Agenda Pública

Relaciones Socioeconómicas y Luchas Sociales (NURELS) 31 31 El problema central es la falta de estrategias de educación financiera pertinentes para la juventud chilena, capaces de superar el enfoqueindividual-economicistapredominante. Los programas existentes presentan tres limitaciones principales: 1. Trasladan la responsabilidad financiera a los jóvenes, sin considerar las condiciones estructurales que los afectan – desigualdad, precariedad laboral, crisis habitacional. 2. Carecen de pertinencia sociocultural, al no adaptarse a los contextos, lenguajes ni trayectorias juveniles. 3. Omiten componentes clave como la perspectiva de género, el enfoque territorial y el consumo crítico. En la práctica, estas iniciativas reproducen un modelo de “consumidor eficiente”, más que el de un ciudadano económico autónomo. En lugar de cuestionar las dinámicas de sobreendeudamiento y consumo impuesto, tienden a reforzar la lógicademercado, debilitando laautonomía y la capacidad crítica juvenil. La problemática se agrava al considerar que las decisiones financieras individuales se insertan en un sistema económico global donde el consumo desmedido alimenta tanto al endeudamiento personal como la crisis ambiental. Problema que busca abordar Antecedentes El endeudamiento juvenil se ha convertido en una problemática urgente en Chile. Más de 620.000 jóvenes entre 18 y 29 años se encuentran en morosidad financiera, y un 30 % se considera alta o excesivamente endeudado (Injuv, 2022). Además, un 37 % tiene al menos una deuda, préstamo o crédito a su nombre (Sernac, 2022). Este sobreendeudamiento afecta con mayor fuerza a mujeres y personas con menor nivel educativo, mientras que el ahorro juvenil no se traduce en una planificación financiera a largo plazo. La cultura del consumo, intensificada por la digitalización y la publicidad, expone a las juventudes a nuevas formas de endeudamiento, evidentes en el aumento de la morosidad por compras en línea y servicios de delivery . En paralelo, persiste una brecha significativa en conocimiento sobre consumo crítico y responsable. Según el Sernac (2020), solo un 53 % de las personas encuestadas identificó correctamente el concepto de consumo sostenible; un 54 % reconoció no haberse informado lo suficiente sobre el tema y un 49 % señaló no contar con los recursos para aplicarlo en su vida cotidiana. A nivel internacional, experiencias como MoneySmart (Australia), Edufinet (España) y la Semana Nacional de Educación Financiera (México) ofrecen modelos que podrían enriquecer las propuestas locales si se adaptan al contexto chileno. No obstante, para lograr impacto sostenido, cualquier iniciativa debe incorporar una perspectiva crítica que cuestione el consumo banal y promueva un entendimiento profundo del sistema económico, fortaleciendo tanto las competencias técnicas como la capacidad de decisión deliberativa frente a las acciones económicas. En esta línea, Argentina y México han avanzado en políticas de consumo y producción sostenibles alineadas con los

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