Ars Moriendi: reflexiones en torno a la muerte

33 otros espacios del mundo, la mitología registra a Isis, en referencia a un segundo naci- miento, bajo la conciencia de ser eterno en lo inmutable el movimiento perpetuo de las galaxias, anunciando que la muerte no es más que un estado de crisis (Champdor, 1982), donde el ka 2 abandona el cuerpo. Para los antiguos habitantes del venturoso Valle del Nilo, la muerte no tenía nada de horroroso ni especulativo: marcaba un tiempo de espera en una evolución normal sin principio ni fin, anunciaba un verdadero nacimiento, aquel que llevaría al difunto a la vida eterna, y le pondrían en situación purificarse de sus pasiones, de las —inmundicias— que hubiese en su corazón, aquel que le prepararía para el bautismo. (Champdor, 1982, p. 37) Lo anterior habla de la cosmogonía de una cultura cimentada en las creencias entre la vida y la muerte, vivir-morir, una dualidad. E l libro egipcio de los muertos es un relato que permite mirar hacia el pasado y asimilar cómo una sociedad que comprendió el sentido de la muerte como algo natural puede desprenderse de su cuerpo matérico terrestre para cambiarlo por un cuerpo de luz y evolucionar. Con lo anterior dicho, se observa que en ambas culturas se cree que hay un más allá de la vida —la muerte— y en ambos casos la ritualidad de las ofrendas es una forma de condescender el sentido de la muerte. En una realidad es sabido que no hay una sola forma de los rituales y de las ofrendas, las ciudades cosmopolitas han creado su propia festividad y su propia ritualidad; no obstante, es relevante pensar que la oralidad y la escucha son el más vie- jo ritual que comprende la ausencia del ser querido en las entrañas de la comunidad. VIVENCIAS DESDE LA ORALIDAD — ¿Cómo se vive la ausencia de quienes se han ido de este plano terrenal? Precisa - mente viviendo, porque cada día es un regalo. “No hay día bueno o malo”, como decía mi papá; lo que pasa en ellos solo son matices que pintan el mural de nuestra vida, o como decía el papá de mis hijas: “Nadie hará nada por ti, lo que tú no hagas”. Entonces, es seguir un día a la vez haciendo lo que nos toca, aun con la nostalgia de no verlos o escucharlos donde solían estar, aun con ver los espacios vacíos y no poder abrazarlos. A cambio caminamos sostenidos de su cariño, enseñanzas, ejemplo, sabiduría, y su compañía a la distancia; siguen en nuestra esencia y cada vez que nos vemos a los ojos ¡ahí los encontramos siempre! Me he sentido en paz como ellos; les expreso, que fue 2 E l ka se refiere a la fuerza vital de una persona, que permanece con el cuerpo después de la muer te y requiere ofrendas para subsistir.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=