Ars Moriendi: reflexiones en torno a la muerte
        
 31 rituales, acciones alegóricas que conforman parte de los ritos, como una manera de poder expresar lo que con el lenguaje ordinario no se puede decir. El lenguaje común, cuando de una ausencia se trata, queda corto; es una ma- nera de aceptación, ya que, como dice Jankélévitch, en la entrevista a Daniel: “En un sentido el lenguaje es un impedimento para expresarse, pero el hombre no puede expresarse sino porque está impedido de expresarse. El impedimento de expresarse es el medio de expresión, porque somos hombres” (2024, p. 15). Se ha escuchado en funerales: “¿Por qué él y no yo?”, es como un cliché que funciona para poder esperar consuelo. Un consuelo que aplaque el dolor por la ausencia. “¿Por qué él, que era tan bueno?”, esta frase parece determinar que los buenos no mueren y que solo los malos deben morir, como si en uno estuviera determinar quién sí muere y quién no. La obra de José Guadalupe Posada alude a la muerte y ha dejado ver que Méxi- co se burla de ella; sin embargo, es una crítica a la vida, a lo social, a la cultural. “Ante el absurdo de la muerte no cabe la tragedia sino el humor, y a sus preguntas la jovialidad. La muerte responde a sus propias preguntas” (2015, p. 28). Posada hace saber que la muerte no distingue entre pobres y ricos, entre sanos y enfermos. Mi padre murió de una enfermedad curable, estaba en el hospital esperando una cirugía de corazón abierto. Esperando el día se quedó con una sonrisa en su rostro. Me pidió su rastrillo; él siempre procuró su persona, siempre quiso verse bien, y así fue. Lo logró, siempre pulcro, educado y sonriente. “Todas las enferme- dades son curables, todas las vidas se pueden prolongar, salvo la enfermedad de las enfermedades, que es la muerte, una enfermedad que no es como las otras, es tanto la enfermedad de los sanos, como la de los enfermos” (Jankélévitch, 2024, p. 18). Mi padre esperaba prolongar su vida sabiendo que la muerte es inminente, sabiendo que la muerte estaba cerca de su vida y eso podía pasar en cualquier momento. No hay explicación que valga en el momento de la muerte y del suceso de la muerte. Y la desesperación es la ausencia del futuro. Entonces, en la medida en que la muer te es la ausencia del futuro, la destrucción de todo futuro, de todo porvenir cualquiera que sea, por poco probable que sea, la muer te es desesperante. No hay duda que esta ampliación es el consuelo que buscamos. (2024, p. 19) ¿Cómo expresar el dolor de la ausencia, del vacío, de la nada?, ¿cómo expresar que ese ser cercano ya no está y que ha dejado un dolor interminable? En el consuelo está la expresión, en la expresión está el consuelo. Ya no hay más cuerpo de mi padre, es etéreo, es invisible, es perenne, es vapor, es nada y es todo. Es una imagen impresa en papel, es un pequeño video que muestra un recorrido por la calle, es una voz grabada. Es un recuerdo constante, es mi sangre, es mi mente. Es cada dibujo hecho por él, es
        
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