Las responsabilidades de los Estados frente a la crisis climática. Litigios globales y derecho internacional

58 Aditi Shetye / José Daniel Rodríguez Orúe globales que impulsaron las emisiones antropogénicas de GEI se basaron en el racismo sistémico y el colonialismo, apoyándose en la extracción de recursos naturales, la industrialización y los patrones de consumo que generaron dichas emisiones en esos territorios 70 . El reconocimiento de estas injusticias climáticas, la corrección del registro de emisiones históricas acumuladas y los informes más re- cientes del IPCC son elementos cruciales para contextualizar los debates jurídicos sobre la responsabilidad internacional y el cambio climático. Ignorar estas realidades es legitimar y profundizar las estruc- turas económicas y políticas creadas por las potencias coloniales e impuestas a través del derecho internacional 71 . Liberarse de los patrones coloniales e imperiales, profundamente arraigados en los conceptos y procesos que dan forma al derecho internacional, re- quiere, en primer lugar, reconocer esta violencia sistémica de la ley como un instrumento de poder, y luego resignificarla, corregirla y garantizar que el camino a seguir no repita los errores del pasado 72 . 70 Informe especial de la ONU sobre “Contemporary forms of racism, ra- cial discrimination, xenophobia and related intolerance” A/Res/77/54 (2022), párr. 4, disponible en: https://documents.un.org/doc/undoc/ gen/ n22/651/88/pdf/n2265188.pdf. 71 Anghie, A. (2005). Imperialism, Sovereignty and the Making of Internatio- nal Law (Cambridge Studies in International and Comparative Law), 111, Cambridge: Cambridge University Press. doi:10.1017/ CBO9780511614262 102. 72 “Ignorar la historia del derecho internacional es pasar por alto cómo el pasado se ref leja en el derecho internacional contemporáneo. Ignorar la historia nos pone en riesgo de enmascarar problemas profundamente arraigados que per- sisten obstinadamente en la actualidad, nos lleva a promover una apariencia de neutralidad frente a historias que han colocado a ciertos pueblos en puntos de partida deficientes, y nos conduce a centrarnos en soluciones simplistas sin tener en cuenta el pasado. Es ampliamente aceptado que las malas accio- nes históricas constituyen al menos una causa contribuyente a la pobreza, la desigualdad mundial y las dificultades que enfrentan algunos Estados para desarrollar sociedades que ofrezcan a sus ciudadanos oportunidades para al- canzar su potencial. Dichas acciones han afectado negativamente la calidad de las instituciones sociales, lo que, a su vez, impacta la riqueza, los recursos, las

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