Policy Brief - Más allá del techo de cristal: Recomendaciones para avanzar en la equidad de la trayectoria académica en Chile
5 con aquellas que otorgan mayores ingresos, existiendo una su- brepresentación general de mujeres en las profesiones mejor pagadas del mercado (Mizala, 2014 en Comunidad Mujer, 2014). La carrera académica en las instituciones de educación superior se organiza en jerarquías ascendentes, reguladas por normati - vas institucionales. En esta persiste una marcada segregación vertical² en los espacios de educación superior, en donde las mujeres están sobrerrepresentadas en los niveles inferiores y subrepresentadas en la titularidad (44% ayudante, 22% titular; MinCiencia, 2020; Guizardi et al., 2023). Este fenómeno, conoci- do como “cañería rota”³ , limita su acceso a cargos de toma de decisiones, generalmente reservados para jerarquías superiores (Baeza y Lamadrid, 2019; CUECH, 2022). Frente a estas brechas, se vuelve clave institucionalizar apoyos que favorezcan una pro- gresión académica equitativa⁴. La división sexual del trabajo⁵ es un factor clave en este con- texto. Los estrictos tiempos de permanencia en las jerarquías académicas penalizan a las mujeres por ausencias o demoras en su desarrollo profesional, frecuentemente vinculadas a la asignación desigual de responsabilidades domésticas y de cui- dado (Consorcio de Universidades del Estado de Chile [CUECH], 2022). Este problema no se limita a la crianza o maternidad, sino que abarca también el cuidado de personas mayores y en si- tuación de discapacidad, incorporando el concepto de terceras personas dependientes para englobar todos estos casos. La segregación por género también se relaciona con la jerar - quización de quehaceres académicos que valora y remunera de mejor manera la investigación en detrimento de la vinculación con el medio, docencia y gestión, teniendo los últimos dos que- haceres una marcada presencia femenina que provoca una so- brecarga en las trayectorias de mujeres, en lo que se considera el “trabajo académico doméstico”⁶⁷ (Heijstra, 2017; Ríos et al., 2017). Así, habiendo menos mujeres trabajando en investigación, este grupo presenta una menor productividad científica (Kwiek & Roszka, 2020), lo que se evidencia en que las mujeres lideran solo un 35% del total de publicaciones indexadas en Chile entre 2008-2022, lo que se agudiza en la investigación de alto impac- to con solo un 17% de representación femenina (MinCiencia, 2023a; InES Género UCH, 2023). Respecto a la postulación y adjudicación de fondos, al año 2018 la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT, actual Agencia Nacional de Investigación y Desarro - llo ANID) adjudicó en promedio solo el 30% de los fondos a proyectos presentados por mujeres. Al analizar los datos de los proyectos Fondecyt, se observa una diferencia significativa tan - to en la postulación, dónde las mujeres representan el 33,2% del total, como en la adjudicación de los mismos, liderando solo un 26% del total de proyectos (López et al., 2018; MinCiencia, 2023a). Los indicadores actuales de productividad académica, centra- dos en publicaciones en revistas de alto impacto y adjudicación de fondos competitivos, representan una barrera para las muje - res, ya que invisibiliza otras formas de producción científica más comunes entre ellas, como la publicación de libros, la participa- ción en redes interdisciplinarias y las actividades de vinculación con el medio y extensión (Mayer y Rathmann, 2018). Estas dinámicas, junto con la menor participación en colabora - ciones internacionales, debido a problemas de corresponsabili- dad, limitan el acceso a financiamiento y el ascenso en la carrera académica (Mandiola et al., 2019; Kleijn et al., 2020). Además, la lógica de mercado que prioriza la publicación en revistas de pago perpetúa desigualdades que favorecen a los hombres, di- ficultando que las académicas asciendan más allá de jerarquías medias y reforzando los “techos de cristal”⁸ (Albornoz et al., 2018; Fardella et al., 2021; Gómez, 2022). ² Refiere a la baja presencia de mujeres en altos cargos de poder y toma de decisiones en las universidades, así como también aquellas dificultades/barreras que enfrentan las mujeres para ascender en la jerarquía académica. ³ El concepto “Cañería rota” hace referencia a la paulatina pérdida de mujeres en el sistema conforme se avanza hacia cargos más altos de la trayectoria de investigación. ⁴ La “cañería rota” es provocada por la “opción de hierro/acero”, que refiere a la disyuntiva que enfrentan las mujeres entre avanzar en sus carreras y cumplir con las exigencias y estándares de productividad académica o ejercer labores de cuidados con sus familias. ⁵ Describe la sobrecarga que experimentan las mujeres debido a la asignación desigual de las responsabilidades entre hombres y mujeres respecto de las labores del hogar, y trabajo de cuidados, lo que provoca una dificultad de compatibilizar las actividades académicas con las trayectorias familiares. ⁶ El “trabajo académico doméstico” refiere a aquellas tareas necesarias para el funcionamiento institucional, como labores administrativas, comités, docencia o apoyo emocional que, aun - que realizadas por académicos/as, reciben poco reconocimiento en las trayectorias de carrera y tienden a recaer desproporcionadamente en mujeres. ⁷ Si no se enfrenta esta barrera, las académicas enfrentan lo que se conoce como “piso pegajoso”, generando que se encuentren atrapadas en roles de gestión, docencia y tareas de mantenimiento subvaloradas (cuidados). ⁸ El concepto techo de cristal hace referencia a las barreras y dificultades que limitan que las mujeres puedan acceder a posiciones de mayor jerarquía y de toma de decisiones, las que se sustentan en prejuicios y estereotipos de género. También existe el concepto “muros de cristal”, que refiere a barreras que dificultan la movilidad de las mujeres de forma horizontal al interior de las organizaciones..
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