Sequía y escasez hídrica: mejoras institucionales y regulatorias en materia de aguas

47 2. LA REPARACIÓN DEL DAÑO AMBIENTAL DE LAS AGUAS INDÍGENAS: EL CASO DEL SALAR... Págs. 29 - 60 C apítulo I: M edio ambiente y derechos humanos MEL–, los niveles del acuífero mostraban una disminución severa, que se manifestaba en una pérdida de las surgencias o afloramientos naturales de sus aguas, lo que, a su vez, había generado la eliminación progresiva de los sistemas de vegas, canales y lagunas (también denominados VCL). Con el fin de mitigar los impactos ambientales superficiales sobre los ecosistemas de humedales, MEL implementó de forma unilateral un Sistema de Riego Artificial (SRA), mediante el cual comenzó a extraer agua del propio acuí- fero del SPN para irrigar artificialmente la vegetación azonal hídrica de los sistemas VCL2 (desde el año 1990) y VCL3 (desde el año 2000). Pese a que MEL no desarrolló estudios y modelaciones para estimar el tiempo de recuperación de los niveles freáticos del acuífero, definió, sin la intervención de la DGA, que el SRA debía operar a perpetuidad 65 . Esta situación reflejaba el desbalance entre el daño que se había provocado en el acuífero con la extracción de agua subterránea y la medida unilateral de MEL que supuestamente pretendía mantener las funcionalidades ecosisté- micas de los sistemas VCL. En este contexto, el 13 de abril de 2020, el CDE interpuso, ante el Pri- mer Tribunal Ambiental, una demanda para obtener la reparación del daño 65 De acuerdo a la DGA, para el impacto “cambio en los niveles de agua subterránea” (grave descenso) como consecuencia de la actividad de explotación de recursos hídri- cos subterráneos por parte de MEL: “[…] en términos de magnitud se identificó un descenso sostenido de los niveles de agua subterránea producto de la puesta en marcha del campo de pozos de bombeo, esto en el 100% de los pozos de observación SAT, con un descenso medio de 6,76 m para los pozos más cercanos al campo de pozos de bombeo y de 0,95 m para los pozos más alejados ubicados en el borde oriental del Salar. Por su parte, la extensión del impacto, en base a las superficies de los conos de depresión generados producto del bombeo, se estima en un área de 133,96 km2, equi- valente al 17,6% de la superficie del subsector acuífero de Punta Negra. En cuanto a la duración del impacto, se pesquisó un total de 23 periodos de descenso sostenido en los pozos de observación, con una duración superior o igual a 5 años y un promedio de 17 años. Por otra parte, el titular no ha estimado el tiempo, a partir de un eventual cese de los bombeos, en que el acuífero recuperaría sus niveles freáticos. De acuerdo a la modelación efectuada por DGA, aun después de 100 años posteriores al cese del bom- beo, los niveles del acuífero no alcanzarían una condición de equilibrio”. Continua señalando la DGA que: “[...] en un escenario de extracción media anual proyectando la extracción actual a 50 años, los sistemas VCL se secarán aun cuando se mantenga la recarga artificial actual. Por su parte, como ya se mencionó, en un escenario sin explotación futura, se observa que los niveles continuarán recuperándose después de transcurrido un periodo de 100 años desde el cese de los bombeos, lo que es indicativo de que el acuífero, transcurrido ese tiempo, aun no retornaría a su condición de equili- brio”. D irección G eneral de A guas (2017b), passim .

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