Sequía y escasez hídrica: mejoras institucionales y regulatorias en materia de aguas
236 MAXIMILIANO BOLADOS ARRATIA - SOFÍA ROAALMONACID - MARÍA-VICTORIAAEDO AEDO Págs. 227 - 268 C apítulo III: G obernanza de las aguas y usos productivos A partir de esta definición, se desprende que la brecha hídrica es enten- dida como una cuantificación de la diferencia entre la oferta y la demanda hídrica. Así, desde una perspectiva de planificación, la brecha hídrica se entiende como un déficit que debe ser eliminado o bien reducido mediante iniciativas propuestas en el plan, lo que se transforma en una meta de cum- plimiento en el sentido estricto de la planificación hídrica. Si bien las bases de licitación de los PEGH analizados en este estudio no contienen una definición explícita de brecha hídrica, esta puede interpretar- se de la siguiente forma: “problemas hídricos existentes en la cuenca que surgen entre la oferta y la demanda con proyecciones a 10 y 40 años” 19 . Considerando esta definición, se identifica lo siguiente: i) al considerar “problemas hídricos” en términos genéricos podría considerarse la brecha hídrica como un concepto más amplio; ii) pese a lo anterior, la brecha hí- drica se ratifica como un concepto asociado a la oferta y demanda de agua. Considerando lo anterior, y la aplicación de la brecha hídrica en los PEGH analizados, así como también el objetivo general planteado para estos, se entenderá por brecha hídrica en este estudio lo siguiente: proble- ma relacionado directa o indirectamente a la disponibilidad de agua, que dificulta el cumplimiento de los objetivos de seguridad hídrica establecidos para una cuenca hidrográfica determinada. Es importante destacar que se- guridad hídrica se define como: “Capacidad de un territorio para garantizar acceso equitativo –en calidad y cantidad– a servicios hídricos resilientes que permitan el desarrollo humano y económico sostenible de su población” 20 . De este modo, la brecha hídrica se considerará en un sentido amplio como una brecha estratégica (análisis externo) o una brecha de gestión (análisis interno), cuya distancia con respecto a una meta establecida puede ser cuantificada, ya sea mediante un volumen de agua (brecha hídrica en sentido estricto) o mediante algún indicador definido por los planificadores del territorio. Lo anterior también establece categorías para las acciones a proponer para atender las brechas: si la acción genera un aporte directo en volumen de agua para satisfacer alguno de los objetivos de seguridad hídrica habla- remos de “acciones generadoras”, mientras que si el aporte es indirecto, o 19 DGA (2019), p. 52. 20 U rquiza y B illi (2020), p. 16.
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