Política y sociedad en Chile 2023-2024

Manuel Antonio Garretón y Silvia Lamadrid (Coords.) - 92 - Por cierto, no hablo de sociedad de masa en la perspectiva aristocrática de la aparición de los muchos que invaden el espacio público, como ocurrió en el proceso de industrialización y urbanización acelerada, dando lugar a conocidos estudios y meditaciones al respecto. Me refiero específicamente a la atomización individual y pérdida de referencia social que es el trasfondo del apoliticismo. La sociedad de clases, producto de esa fuerte industrialización y urbani- zación, no es necesariamente una sociedad de masa, en la medida que sus componentes proceden a una generalización y organización de sus intereses y perspectivas, como ocurre por ejemplo en tiempos de la Unidad Popular en Chile, donde la politización es extrema. En contraste, la característica de sociedad de masa del Chile actual se ex- presa con bastante claridad en el fuerte apoliticismo prevaleciente, para lo cual hay abundantes indicadores en datos electorales y encuestas. Será justamente este apoliticismo el que condiciona la exagerada incertidumbre a que hago referencia. Por cierto, los profesionales o aficionados a las llamadas ciencias sociales emplearán toda su sabiduría e ingenio para descartar incertidumbres respecto de la interpretación del pasado y de las conjeturas sobre el futuro. Está bien, hay que hacer la pega. No obstante, quizás sea conveniente no olvidar aquel condicionamiento del apoliticismo y tratar de entender a partir de las carac- terísticas de este. Una primera aproximación se ha planteado regularmente desde una ob- servación preliminar de datos electorales. Esto es, que el apoliticismo no se extiende homogéneamente en la población, sino que son preferentemente los sectores populares los más lejanos a la política. Situación que parece bastante preocupante porque, aunque usted no lo crea, los sectores populares son la mayoría. Gracias a las dotes de ingeniería legal electoral desplegadas en el país en el último tiempo, tenemos la posibilidad de comparar cifras en distintas condi- ciones de competencia electoral: con inscripción voluntaria y voto obligatorio (desgastado por la no sanción); con inscripción automática y voto voluntario; y con inscripción automática y voto obligatorio (inicialmente con fuerte te- mor a la sanción). Esto permite evaluar el comportamiento del apolítico en distintas circunstancias. Antes de entrar en diferenciaciones, el comportamiento general señala ya el fuerte componente apolítico: En primer lugar, con inscripción voluntaria y voto obligatorio se inicia la participación electoral en 1989 con una no participación del 14,5 % de

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