Política y sociedad en Chile 2023-2024

POLÍTICA Y SOCIEDAD EN CHILE 2023-2024 - 87 - Narcotráfico, parece verosímil. El giro se produce especialmente en los últi- mos dos años y se manifiesta en repetidas demandas por seguridad, incluida la más reciente discusión acerca de la posible participación de las FF. AA. en la recuperación del orden. Naturalmente, el tema del orden no es ajeno a la política. Las izquierdas, aunque mantienen hace tiempo una grave crisis de identidad, no se sienten cómodas con el tema del orden, pues desde sus orígenes se presentan im- pulsando un cambio del orden vigente. Tener que hacerse cargo ahora desde el Gobierno de la defensa del orden, aumentando la capacidad de control y represión de la burocracia armada y desarmada, le genera problemas internos que son visibles y que tienden a generar confusión en su implementación. Piadosamente vamos a callar al respecto. Se podrá decir que una cosa es el orden en relación con la delincuencia, el narcotráfico y el crimen organizado y otra cosa es el orden en cuanto a políti- cas públicas y orientaciones culturales. Pero no es tan simple y fácil sostener estas distinciones cuando empieza a generalizarse la vivencia del desorden. Es la ventaja que tienen las derechas. Las derechas y especialmente las derechas extremas se nutren bastante del desorden y su éxito actual es que son apreciadas como capaces de imponer el orden. En varios países, el desorden producido por la inmigración y por el narcotráfico ha impulsado el auge de posiciones de extrema derecha, que son vistas como capaces de recuperar el orden. Pero el orden que pretenden recu- perar no es solo el orden de la vida cotidiana frente a los problemas generados por la inmigración y la delincuencia, sino que implica un orden general que dé estabilidad a las relaciones sociales, lo que implica muchas veces la recupe- ración de un orden tradicional y un freno a las propuestas de transformación. En las últimas discusiones políticas, y particularmente en los frustrados intentos de cambio constitucional, las opciones planteadas se ocupaban tanto de presentar propuestas que apuntaban al orden respecto a la delincuencia como al orden económico social, asociado esto a un orden cultural claramente contrastante en los dos fracasados proyectos. Pretender que el orden respecto a la delincuencia pueda separarse del orden general de una sociedad resulta un poco ingenuo. El paquete se vende completo. Más aún, existe relativo consenso de que gran parte del problema de de- lincuencia y narcotráfico deriva de condiciones de desorden social, particular- mente en el ámbito de la familia y de la educación en cuanto a la promoción de valores. Las iglesias, tanto la descendente Iglesia católica como las ascendentes Iglesias evangélicas, suelen ser bastante reiterativas en denunciar el desorden y propiciar una recuperación del orden, contribuyendo así a una demanda por orden que puede tener consecuencias políticas importantes en el corto plazo.

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