Política y sociedad en Chile 2023-2024

POLÍTICA Y SOCIEDAD EN CHILE 2023-2024 - 83 - No obstante, este pesimismo sobre la economía nacional ha tocado, pero no hundido, las perspectivas económicas que tienen las personas sobre sí mismas y sus familias. De esta forma, si bien las encuestas muestran en los últimos 3 a 4 años un relativo empeoramiento en la evaluación que hacen los entrevistados de su situación económica personal, del grado en que sus ingresos les alcanzan para cubrir sus gastos y de su situación laboral presente y futura, esas percepciones son y siguen siendo notoriamente más positivas que la evaluación que hacen de la economía del país. Inclusive, la encuesta Bicentenario de la PUC muestra que, hasta el año 2021, aún son mayoría las personas que creen vivir mejor que la generación de sus padres. La figura 4 muestra esta relativa resiliencia de la percepción de las perso- nas sobre su propia situación económica, que justamente por su resistencia a cambiar ha visto pasar bajo ella la evaluación del país: ya no estamos en un país en desarrollo frente al cual podría quedarme fuera, sino que estamos en un país estancado frente al cual yo y mis cercanos con cierta dificultad resistimos. En suma, si bien los componentes del malestar son hoy los mismos que ayer, el contexto de este malestar ya no consiste en una paradoja entre lo subjetivo y lo objetivo, sino que ambos se han tendido a alinear: pasamos de un tren en marcha frente al cual temo estar quedándome fuera, a un tren detenido que ofrece muchas menos oportunidades que antes. No es extraño que en este contexto los componentes del malestar se hayan acrecentado y diversificado (por ejemplo, el miedo al delincuente ahora es el también mie- do al narcotraficante, al inmigrante y a la corrupción de las instituciones que deberían protegerme. Por otro lado, el riesgo de exclusión ya no es un riesgo, está operando activamente). También es claro que este malestar acrecentado ya no está tan privatizado ni es inocuo políticamente como el del año 1998. El año 2019, y en general la segunda década del siglo XXI, generó aprendizajes en las personas respecto de cómo se puede manifestar el descontento y su carácter colectivo, pero también respecto de cuáles son los límites y las posibilidades de determina- dos tipos de protesta respecto de lograr ciertos objetivos. El malestar del año 2024 es un malestar posestallido social, que ocurre en una sociedad que ya pasó por y que recuerda ese proceso político. ¿De qué forma se puede manifestar pública y políticamente un malestar acrecentado y complejizado, que ya no demanda inclusión en un país eco- nómicamente exitoso, donde las frustraciones y miedos subjetivos se alinean con limitadas condiciones objetivas, y en un contexto donde todos los acto- res han sido impactados por los eventos del año 2019? No lo sabemos, pero

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=