Política y sociedad en Chile 2023-2024

POLÍTICA Y SOCIEDAD EN CHILE 2023-2024 - 27 - esa crisis y que llevaba a la generalización y organización de los intereses de los sectores populares orientándolos a la acción política. La Unidad Popular es la culminación de un proceso de movilización social y política de los sectores populares, pero, como lo he dicho anteriormente, si la Unidad Popular era indudablemente popular, tenía poco de unidad. Y lo de unidad no era una cuestión solamente de dirigentes y líderes, era una cuestión social. Ya he hecho anteriormente referencia a una distinción entre sectores po- pulares ortodoxos y sectores populares heterodoxos para diferenciar a lo que se puede considerar en los tiempos de la Unidad Popular un sector popular integrado en el modelo de desarrollo y que se constituye fundamentalmente como clase obrera, ligada a la industria, la construcción y la minería; junto al cual se puede considerar al sector popular definible gruesamente como masa marginal y que está constituido fundamentalmente por cesantes, trabajadores por cuenta propia, servicio doméstico y otras ocupaciones precarias e infor- males. Las discrepancias entre “consolidar lo obtenido” y “avanzar sin transar” tienen carne social, no es una mera discusión de los dirigentes. Hago referencia a esos antiguos estudios, para volver a recordar que todos estos sectores populares se hacen significativos en el conflicto político social que expresa la Unidad Popular, pero con distintos intereses y capacidad de generalizar y organizar sus intereses. De manera que es necesario considerar que el proceso social y político que conduce a la Unidad Popular no es un pro- ceso personalizado en el que los personajes que regularmente se citan tienen plena autonomía para actuar, sino que se trata de una movilización bastante compleja en que confluyen varios actores sociales con sus particulares intereses y diversos tipos y grados de generalización y organización de tales intereses. Las posibilidades de alianzas o confluencia de los intereses de los sectores populares no siempre resulta fácil, y desde ahí las dificultades de dirigentes y personajes para lograr acuerdos sobre el carácter y dirección del proceso. No es a la inversa, que fueran las diferencias en los liderazgos lo que impidiera la generalización de intereses. Al conmemorarse esos cincuenta años, ese predominio de una perspectiva personalizada de la historia se corresponde en el análisis político actual con una profusa preocupación por los personajes y una escasa o nula preocupación por lo social. Más allá de señalar que en Santiago hay tres comunas de fuerte componente de clase alta, que se identifican claramente con la derecha, o referirse a una vaga y veleidosa clase media, que no se sabe dónde comienza y dónde termina, hay muy escasa preocupación por los sectores sociales, espe- cialmente los populares, y todo se reduce a líderes, proyectos y organizaciones políticas.

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